Señor Director:

Respuesta al artículo : Con el acuerdo de paz en el Líbano, comienza una nueva era de Guerra Santa.

Son muy interesantes sus observaciones y opiniones sobre el comienzo de la Guerra Santa por parte del Islam, quizás un tanto radicales, por lo que me gustaría transmitirle mi opinión. La Guerra Santa la emprendieron hace algún tiempo los terroristas islámicos, cuando atentaron contra diversos objetivos de los EEUU, y se hizo patente el 11-S con el terrible atentado de las torres gemelas de Nueva York y las manifestaciones a través de Internet de su líder Osama Ben Laden. Sin embargo, no todos los musulmanes son actualmente partidarios de esa guerra contra Occidente. A mí me parece que muchos de ellos, los países productores de petróleo aliados con las compañías petrolíferas norteamericanas y europeas, sustentados por regímenes dictatoriales, prefieren por ahora el avance pacífico de de sus mezquitas, hoteles, palacios, Bancos, acciones y demás posesiones en países occidentales.

El problema de fondo es la enorme dependencia de Occidente respecto al suministro de petróleo por los países islámicos y la inconmensurable riqueza que están obteniendo estos mismos países con los precios acordados por la OPEP, es decir por los productores-vendedores que se reúnen para fijar el precio que les da la gana, burlando desde hace muchos años las leyes de la competencia del mercado. Nos tienen en sus manos, están jugando con nosotros y con nuestra economía como mejor les parece, sin ahogarnos del todo, para ir creciendo ellos cada vez más. Hasta que no consigamos reducir al mínimo esa dependencia, seguiremos estando a merced de sus decisiones en materia económica.

Por ahora no necesitan ni son partidarios de la guerra, salvo esos exaltados de Al Qaeda, y desde luego, Irán, con su presidente a la cabeza, empeñado en exacerbar los odios contra los judíos y los occidentales en general, tratando de conseguir la bomba atómica. Europa diría que no sólo tiene miedo, sino que está idiotizada; en términos generales, no sabe lo que quiere ni adónde va, salvo tratar de vivir bien, sus ciudadanos, sin complicaciones ni ideales.

Pero los EEUU, con todos sus defectos, no tienen miedo y poseen un poderío militar, científico, tecnológico y económico, que les infunde mucho respeto y acrecentamiento del odio. No pueden con ellos, ni podrán durante muchas décadas, ése es nuestro paraguas. Por lo demás sólo Dios sabe lo que ocurrirá, si Irán alcanza a poseer la bomba atómica e intenta distribuirla con los terroristas. En fin, hasta aquí he extractado lo que pienso al respecto, para no extenderme más.

Humberto Ramírez Selgua

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