Guillermo del Toro sigue empeñado en que los adolescentes vayan al cine a dar gritos con productos de terror. Ahora lo intenta con No tengas miedo a la oscuridad.

Sally, una niña impresionable cuyos padres acaban de separarse, llega a Rhode Island para pasar una larga estancia con su progenitor y su actual novia. Ambos, arquitecto e interiorista, han restaurado una antigua mansión victoriana que pronto se revela a la niña llena de presencias extrañas y malignas…

Como ocurrió con El laberinto del fauno, Guillermo del Toro, coguionista y productor de No tengas miedo a la oscuridad, vuelve a dar una vuelta de tuerca a los cuentos tradicionales, donde seres fantásticos, en este caso una especie de gnomos, quieren apropiarse de una niña…

La película argumentalmente no es nada novedosa, plantea el típico relato gótico que transcurre en una mansión encantada y que consigue mantener la tensión a través de continuos golpes efectistas que provocan más de un susto. A su favor, su excelente puesta en escena y las correctas interpretaciones de Katie Holmes, que demuestra que es algo más que la señora de Cruise; y de la niña Bailee Madison.

Por cierto, si buscan en este largometraje algo más que sobresaltos apreciarán que pretende hacer una crítica a la incomunicación entre padres e hijos debido a la prioridad que algunos progenitores dan a su trabajo por delante de sus relaciones familiares

Para: Los que disfruten dando saltos gratuitos en su asiento de la sala de cine