El Ibex 35 se acerca ya a los 10.000 puntos: sube un 7,7% en lo que va a de año. Así titulaba un diario el pasado jueves la fecha en la que las cifras de desempleo dieron la primera alegría al Gobierno Zapatero en España.

Vamos a ver: que la Bolsa suba no significa que la economía marche bien. Esta no es la solución a la crisis. La Bolsa se ha derrumbado por los excesos especulativos, no por la subprime, sino por los derivados basados en subprime, que es distinto.

Titulizaciones y otras maravillas especulativas del mercado financiero arrastraron a las bolsas en sus caídas, y como los ahorros de Occidente, así como buena parte de sus pensiones privadas dependen de la Bolsa, el efecto sobre la economía real no tardó en dejarse ver.

A la especulación se unió el endeudamiento excesivo, la exhuberancia irracional de los mercados, donde todo el mundo trabaja con deuda, aprovechando los tipos bajos y creando un hábito muy peligroso: el de no arriesgar nunca fondos propios. Este segundo carcinoma, el del apalancamiento, se afrontó al estilo BCE: inyectar dinero al 1%. Con ese dinero lo que los bancos están haciendo no es dar créditos a familias y pymes, sino comprar deuda del Estado y obtener unas plusvalías de sopa boba. Mientras, el sector privado no encuentra financiación.

Pero es que, incluso con eso, los bancos seguirán teniendo problemas. Su problema se llama calendario de mora. Lo peor de la crisis ha impactado en la economía real, en el paro, pero no ha dejado libres de heridas a los bancos. Es más, ese calendario anuncia que la mora será peor en el 2010 que en el 2009 y que en 2011 tocaremos fondo: el desastre.

Volviendo a la especulación, aunque haya sido el culpable de la crisis, en todo Occidente no se ha tomado una medida, preferentemente fiscal, contra la especulación. Las titulaciones han rebotado, y como nos hemos dedicado a salvar bancos de la quiebra con dinero público, en la mañana del vienes conocíamos que el Estado norteamericano ha tenido que acoger en su UVI bancaria a otras siete entidades: comer, rascar y sanear todo es empezar.

Concluyendo, la economía real no repunta: sólo nos hemos acostumbrado a vivir peor. Y ahora ya no estamos ante una crisis de países ricos: ha llegado a la mayor parte de la humanidad, que no es rica. Por tanto, auguro que, dentro de esta crisis permanente de especulación y sobre endeudamiento, la crisis económica no ha pasado pero, en breve, tendremos la segunda crisis financiera en dos años. No se extrañen: ¿Acaso hemos dejado de especular?

Eulogio López

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