Por mucho que el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, insistiera en ello, lo cierto es que la gestión de precios llevada a cabo por el Gobierno socialista no es buena. Es verdad que en abril la inflación se situó en el 3,5%, una décima más que en marzo, pero también lo es que la inflación subyacente, sin contar el petróleo, se redujo en una décima, hasta el 2,8%. Y no olvidemos que históricamente, España ha sido un país en el que la inflación subyacente, aquella sobre la que los gobiernos pueden actuar, se situaba en el nivel del IPC o por encima. Poco puede hacer el vicepresidente Pedro Solbes para que baje el precio del crudo.