Sr. Director: 
El Papa afirmó: Nada imponemos, pero siempre proponemos, tal como recomienda Pedro en una de sus cartas.

 

Dad culto al Señor en vuestros corazones, siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida la razón de vuestra esperanza. Y todos, al final, nos la piden, incluso los que parecen no pedirla. Por experiencia personal -prosiguió Benedicto XVI- sabemos bien que es Jesús aquel a quien todos esperan.

En efecto, las más profundas expectativas del mundo y las grandes certezas del Evangelio se cruzan en la irrecusable misión que nos compete, porque sin Dios el hombre no sabe adónde ir y ni siquiera logra comprender quién es. Frente a los enormes problemas del desarrollo de los pueblos que casi nos impulsan al desaliento y a la rendición, nos viene en ayuda la palabra del Señor Jesucristo, que nos hace conscientes de que separados de Él no podemos hacer nada.

Jesús Martínez Madrid