Sr. Director:
Escrito en 1987 y de plena actualidad.
Casi diariamente, al entrar el profesor en clase nota que falta tiza. Y casi en cada clase se oye la misma canción uno y otro día: Por favor, id a por tiza.

Mientras el alumno va y viene se pierden dos o tres minutos.

Resulta que en nuestro Instituto se imparten unas 500 clases a la semana. Echemos cuenta rebajando:

- Pongamos sólo 250 clases con un promedio de 30 alumnos por clase, cada uno de los cuales pierde 3 minutos. Se perderán en total 22.500 minutos, es decir, 375 horas

- La hora de trabajo de cualquier obrero especialista cuesta no menos de 1000 ptas/h . Resultará entonces que, solamente por no estar la tiza en su sitio se pierden, mejor dicho, perdemos más de 375.000 ptas semanales.

- Si ponemos nada más que 160 días lectivos al año, a 5 días de clase por semana, resultan 32 semanas que a 375.000 ptas cada una obtenemos una pérdida anual de 12 millones de ptas. Doce millones ( 72.120 EUROS) de pérdida por ese  pequeño detalle de no tener la tiza en su sitio en el momento debido. Si dividimos esa cantidad entre los 500 alumnos del Centro, le correspondería a cada uno unas 24.000 ptas/año. ¿Qué pasaría si las tuviesen que pagar cada uno de los alumnos? - Ptas de 1987

- ¿Responsable: ¿quién? Responsable: nadie. Responsables: todos.

En cualquier empresa privada SI hay un responsable

¿Por qué no existe un responsable ni nadie pide cuentas a nadie en los centros públicos? Alguien tendría que responder por este tipo de fallos.

Por supuesto los números no lo dicen todo, ni todo es tan simple como parece, aunque lo que dicen los números hay que tomárselo muy en serio, cualquiera que sea su interpretación. Lo realmente importante no es que las cantidades manejadas sean más o menos acertadas, lo importante es que nos paremos a pensar sobre estas menudencias y a valorarlas justamente.

Aparte de las tizas ¿Cuántos casos parecidos más podemos encontrar? Calefacciones funcionando a destiempo, luces encendidas con pleno sol, grifos o cisternas que no cierran,....

En principio, puede ser suficiente que todos empecemos a mentalizarnos sobre la enorme importancia que tienen en la vida corriente esos detalles aparentemente sin importancia. La vida real está constituida en un 99,9% de minucias . Hacerlas, acabarlas con perfección será una meta importante para una exigente y exigible formación de nuestros alumnos. Un pueblo de chapuceros tiene poco porvenir. ¡Sí, uno! Ser camarero de turistas.

Alejo Fernández Pérez