Sr. Director:

Tratando de escuchar música, escuché en una estación de radio de mi país México- la noticia: un dirigente musulmán pone precio a la cabeza del creador de las viñetas de Mahoma. No puedo menos que citar la cabeza, porque con el antecedente de occidentales secuestrados y degollados es el primer pensamiento que me viene a la mente.

No es mi intención criticar a los musulmanes, radicales o no, sino a los occidentales, se digan cristianos o no. Porque si lo fueran de verdad otro gallo nos cantara, dice el refrán. Si fueran cristianos no cualquier autoridad, gubernamental o no, estatal o no, podría darse el lujo de promover, crear o apoyar leyes que facilitan el asesinato en masa de seres humanos no nacidos, de enfermos considerados inservibles, de ancianos, de personas con alguna discapacidad; o aquellas que equiparan las uniones entre personas homosexuales o lesbianas con el matrimonio entre hombre y mujer al que atacan o niegan el apoyo único matrimonio posible-; tampoco se permitirían las iniciativas que en los centros públicos promueven la educación sexual a menores de edad enseñándoles las supuestas bondades del preservativo como anticonceptivo y como barrera contra el Sida, y diciéndoles que el aborto es mal visto pero no está mal, y que lo que hay en el vientre son células, que no una vida humana.

Por supuesto que, si las autoridades occidentales realmente fueran cristianas, o por lo menos coherentes con los principios del humanismo cristiano que les ha otorgado una identidad sin él, ¿con quién se identifican, quiénes son?- de nada servirían las propuestas de ciertos sectores que pretenden convertir la mezquita de Córdoba en un templo ecuménico donde los cristianos, musulmanes y creyentes de otras religiones podamos orar juntos al mismo Dios ¿al mismo?-, puesto que las autoridades cristianas se negarían a transigir. Por lo menos se negarían hasta conseguir ¿bastaría con el simple diálogo?- que se paren en seco y para siempre los asesinatos individuales y en masa de cristianos y occidentales en los lugares donde el Islam implanta su ley y solo ella -vea la web persecucioncristiana.com- solamente emulados en esto de matar por los regímenes nazis y comunistas a través de la historia y hasta hoy, si no lo cree, nuevamente recomiendo persecucioncristiana.com, donde puede verse cómo se actúa en China, Corea del Norte, etc.

Así pues, no es necesario por el momento acabar con Occidente. Los cristianos no somos tantos, a fin de cuentas, y los que piensan que todas las verdades son iguales o que la Verdad no existe, pronto se verán reducidos a cero, sin necesidad de que nadie les corte la cabeza: basta leer las cifras del aborto en España, los programas de implantación del aborto y las píldoras del día después en Hispanoamérica, el avance de los que quieren implantar la eutanasia, los logros del lobby gay... y mejor acabo aquí, aunque la lista puede ser interminable, pero no quiero deprimirme.

Por favor, no es necesario matar al caricaturista ni a los occidentales. Sólo se necesita paciencia y, por supuesto, que los musulmanes sigan teniendo hijos.

Cristina Alba Michel

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