Por lo demás, el problema de la indicación del SMI respecto a las subvenciones del Estado será nulo. Es otro de los argumentos de los profetas del desastre.

 

Es cierto que el salario mínimo se utiliza para establecer el nivel mínimo de rentas a partir del cual se tiene derecho a becas, vivienda de protección oficial, etc. Ahora bien, como cualquier puede suponer, para evitar el consiguiente aumento de gasto hay dos soluciones muy simples: o se aumentan las condiciones para acceder a esas ayudas o se mantienen en sus actuales términos. Estamos hablando de becas de estudio y de comedor, que no están destinadas, precisamente, a ricos. En cualquier caso, la idea de Caldera es que la subida del SMI tenga un coste nulo para todas esas ayudas. En definitiva, indicar sobre rentas en términos absolutos o reducir las subvenciones a quienes ven cómo aumenta su sueldo.

 

La tormenta era un vaso de agua.