Hay dos tipos de artículos: los trabajadores y los no trabajados. Los primeros cuesta mucho escribirlos pero da a gusto leerlos.

Verbigracia, el de Jorge Enrique Múgica en Arcol, que lleva por título: Anticristianismo: creer en el siglo XXI no es cosa fácil, que reproduzco y hago mío, con toda desfachatez y sin ningún mérito, pero impelido por la necesidad de que hasta los seguidores del anticlericalismo actual, pueden disponer de un balance, si no exhaustivo, sí bien ordenado de la actividad reciente de los comecuras.

Por mi parte, sólo añadir lo que ya refleja Múgica en su estupendo texto. Si algo demuestra que vivimos una final de etapa -no sé el final de qué, pero sí que se cierra un ciclo- es que esto no es anticlericalismo, sino Cristofobia. Los nuevos odiadores no aborrecen ni a los curas ni a los cristianos, aborrecen a Cristo. ¿La Cristofobia es nueva en la historia? Nueva no, ha existido desde antes de la creación del espacio y el tiempo, pero sólo se ha manifestado en la propia creación del hombre, en el episodio histórico de la redención y, en buena lógica, debería manifestarse en la Parusía.

La manifestación más palpable de que el que no se dirige contra los cristianos sino contra Cristo radica en que medios informativos que se califican ateos no hacen más que hablar -mal- de los cristianos, de la Iglesia y de mofarse del Redentor. Si no creen en Cristo, si la Iglesia es un montaje, si los cristianos somos unos estafados, ¿por qué esa obsesión cristófoba?

Eulogio López

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