• Encargó un estudio a la firma Herbert Smith Freehills sobre las irregularidades que habían detectado ya los servicios de auditoría y control de la entidad.
  • Conoció el informe el 16 de junio y pasó la 'patata caliente' al FROB, que sopesó el alboroto probable y confirmado después.
  • Y ahora es Hacienda la que se pone en pie de guerra: investiga para saber cómo fue el fraude y qué ingresos obtuvieron.
  • Y es que entre los 'salpicados' hay expertos en cuestiones tributarias: inspectores  (Blesa), un ex presidente de la Agencia Tributaria (Rodríguez Ponga) y ex ministros.
  • El PSOE denuncia el caso ante la Agencia Tributaria para que investigue si hay más en otros bancos y grandes empresas.
  • Sigue la cascada de dimisiones: también Fernando Serrano, vocal del Tribunal Económico y Administrativo de Madrid.

El alboroto creado por el uso de los directivos de Caja Madrid entre 2002 y 2012 de tarjetas fantasmas de Caja Madrid ha sido mayúsculo… y seguirá. Hispanidad explicaba el viernes pasado que la onda expansiva ha llegado a las grandes corporaciones… y las sospechas de fraude avanzan. Todo partió del propio presidente de Bankia, como ha explicado el diario El País este domingo. Goirigolzarri tiró de la manta porque no podía ocultar las irregularidades, que es lo que hubiera sucedido si no denunciaba. Y lo mismo le pasó al FROB, a pesar de sopesar el revuelo que se montaría una vez que salta el caso a la opinión pública. Es lo que ha ocurrido.

Fue el propio José Ignacio Goirigolzarri (en la imagen) quien encargó a la firma americana Herbert Smith Freehills un estudio sobre las irregularidades en el uso de las tarjetas. Las habían detectado ya los servicios de auditoría y control de Bankia, que envió una comunicación a los directivos y algunos de ellos actuaron con diligencia para devolver las cantidades gastadas. Goiri tuvo los datos de ese informe, en concreto, el día 16 de junio y en él se detallaba la falta de control en el uso de las tarjetas, también desde el punto de vista fiscal. Después se los envió al FROB para que procediera como estimara conveniente y, claro, se ha armado.

Hasta el propio ministro Cristóbal Montoro se ha puesto en pie de guerra para cuestionar los gastos de representación de las empresas, una cosa normal y necesaria, pero que, sin la barrera ética, se pueden descontrolar a hasta los niveles vistos, que se traducen en las dimisiones que estamos viendo.

La Agencia Tributaria sigue adelante e investigará a los directivos de la entidad para saber cómo se hizo y qué ingresos obtuvieron. Es decir, ha dirigido su lanzallamas a todos, pero quiere saber, en concreto, que pasó en Caja Madrid. No hay que olvidar que en esa lista con 86 nombres están inspectores de Hacienda, como Miguel Blesa; un ex presidente de la Agencia Tributaria, Estanislao Rodríguez Ponga, ex ministros, como Rodrigo Rato. En fin, personas a las que es difícil dar gato por liebre por sus conocimientos tributarios.

Goirigolzarri recibió el encargo de sanear Bankia y ha decidido entrar hasta el final, no sólo para enderezar el rumbo y privatizarla en condiciones, sino también en los excesos que se ha encubierto y que le llevaron a una delicada situación para la que fue necesaria una sustanciosa inyección de capital público.

A la lista de dimitidos por el caso se añadió el viernes, aunque no se ha conocido hasta hoy lunes, Fernando Serrano, vocal del Tribunal Económico y Administrativo de Madrid. Serrano fue presidente de la Comisión de Control de Caja Madrid y gastó 78.500 euros con su tarjeta opaca.

Esta mañana de lunes, además, el secretario de Organización del PSOE, César Luena, y el secretario de Economía, Manuel de la Rocha, han interpuesto una denuncia ante la Agencia Tributaria para que investigue si hay otros bancos o grandes empresas que están utilizando "tarjetas de la vergüenza" como las de Caja Madrid y a quienes los socialistas quieren que Hacienda investigue.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com