Estupendo compendio que circula, de apasionante lectura para políticos y hasta para políticas, incluso para gilipollas y gilipollos, sobre la ideología de género. Me lo envía Pedro Peña, un vagabundo de Internet que recopila mensajes seleccionados de la barahúnda de la WWW.

En efecto, nada más pedante que los compañeros y compañeras. Una reiteración innecesaria. El feminismo ha copado tales grados de cretinismo que nos lleva a algo muy lejano a la igualdad. Lo que ayer contaba José Luis Panero sobre la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, es, asimismo, significativo. Es pecado de leso machismo que un hombre critique el físico de una mujer pero no al revés. Al alcalde de Valladolid, Francisco León de la Riva, le montan un linchamiento en toda regla por hablar de Leyre Pajín, como reparadora de condones -algo bastante demostrable- y por la morfología de sus morros. Pero no lo es que Elena Valenciano, la insultona responsable de Internacional del PSOE hable de los musculitos de Aznar. Un varón no puede juzgar el físico de una mujer porque es un insulto machista pero una mujer sí puede hacer lo propio como un varón, porque es más vulnerable. Jodó con la igualdad.

No se engañen: contra la idiocia feminista la única arma es la ironía. Porque el tonto, y hasta la tonta, sólo reacciona cuando recupera el sentido del ridículo.

Todo lo anterior no significa, por supuesto, que esté acusando a las feministas de ser más feas que Picio. Yo estas cosas no las digo, sólo las pienso.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com