Nintendo, la multinacional japonesa dedicada a fabricar y distribuir consolas y videojuegos, atraviesa una situación embrollada a raíz del lanzamiento de su consola de última generación, la Wii U.

La forma de competir en el mercado por parte de Nintendo es distinta frente a sus rivales, Sony -con Play Station- y Microsoft -con Xbox-. Sony y Microsoft se dirigen a los "jugadores hardore", personas con una gran afición a los videojuegos que buscan potentes gráficos, avanzados controles e historias y aventuras impactantes.

Sin embargo, Nintendo se dirige a jugadores casuales, sin una afición destacada a los videojuegos, que lo que buscan es el entretenimiento, solo o en compañía, con videojuegos sencillos. Se incluyen dentro de este segmento no solo niños y adolescentes sino también adultos y personas de la tercera edad.

Nintendo desarrolló una videoconsola que revolucionó el mercado, la Wii, una consola sencilla, con unos gráficos modestos, pero con unos controles y dinámica de juego totalmente innovadora, donde se potenciaban los juegos en grupo y el ejercicio físico. 

Esta estrategia cosechó un gran éxito en todo el mundo y posicionó a Nintendo en lo más alto del mundo del videojuego, pero actualmente le ha llevado al fracaso más absoluto con su último lanzamiento, la Wii U.

Son diversas las causas que argumentan los expertos y los usuarios de las decepcionantes cifras de ventas de la Wii U, entre las que se encuentran que los jugadores casuales sin gran afición por los videojuegos a los que se dirige Nintendo, están dispuestos a renunciar a la compra de una consola si su situación económica es débil. Esto ha provocado que en una época de crisis económica mundial, como la que estamos viviendo, el público de Nintendo  decida destinar sus recursos a  satisfacer sus  necesidades más básicas en lugar de comprarse una videoconsola. 

Clemente Ferrer
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