En este nuevo relanzamiento al cine de los galápagos imaginados por Peter Laird y Kevin Eastman, lo más significativo es el acierto en el uso de las nuevas tecnologías para concebir a las simpáticas criaturas o, lo que es lo mismo, las tortugas, que en esta ocasión han sido creadas mediante captura de movimiento (como anteriormente se ha hecho, por citar un caso que todos recordamos, con Gollum en El Señor de los anillos). Igualmente, alejándose del filme del año 1990, se ha puesto especial interés por dotar de personalidad propia  a cada uno de los cuatro hermanos.

La acción nos lleva hasta el origen de esas tortugas que resultaron supervivientes de un experimento científico. Abocadas a salvar a Nueva York colaborarán con la periodista April O'Neill, con la que tienen más relación personal de la que nunca imaginaron.  Estos héroes de la alcantarilla saltarán a las calles de su ciudad cuando el pérfido  Shredder, y su malvado Clan del Pie, dejen claro que han corrompido todo: desde la policía hasta los políticos.   

Parodia de muchos justicieros enmascarados procedentes del mundo del comic, en Ninja Turtles lo que prima, a partes iguales, es la acción y el humor. A la acción y efectos especiales no se le pueden poner pegas puesto que en la producción se encuentra todo un experto en ello: Michael Bay. Argumentalmente, sin embargo,  es lineal,  presenta pocas sorpresas, pero sus gags sencillos, destinados a los espectadores más pequeños, poseen  todos los boletos para funcionar en la variante de cine "palomitero".

No obstante, para los adultos que estén dispuestos a contemplar las aventuras de estas célebres tortugas les  dejamos con la cita con la que arenga a sus chicos el maestro Splinter:  "Vivís, morís, lucháis... como hermanos. Recordad, nada hay tan fuerte como la familia". En eso sí, que estamos de acuerdo.

Para: Niños o nostálgicos de Las tortugas ninja