Dice la chica: De todos los hombres que haya en mi vida ninguno será más que yo.

La hembra es brava porque habla de todos los hombres, que no le basta con uno, oiga usted. Habla en futuro, de lo que se deduce que la muchacha no está por el compromiso y mucho menos por el compromiso perdurable. Y es modesta: ninguno de los que ni tan siquiera conoce, serán más que ella. ¡Pues buena es ella!

El anuncio del Ministerio de Igualdad demuestra, sin lugar a dudas, la argumentación definitiva de que el feminismo es cretinismo.

Pero faltaba el maromo. Como doña Bibiana tira con pólvora del rey, no se conforma con publicitar a una petarda, sino que necesita que el enemigo sea idiota. Total, este tipo de necedades se las pagamos a escote. Y así el majadero asegura que ninguna mujer con la que conviva en el futuro será inferior a él.

El machismo asegura que el hombre es superior a la mujer. El feminismo, tan estúpido como el anterior, dictamina que la mujer es superior al hombre. El cristianismo considera que el matrimonio -la pareja, si lo prefieren- está compuesto por un hombre que se pone al servicio de la mujer y una mujer que se pone al servicio del hombre. Él y ella sienten menos que el cónyuge. Es lo que Juan Pablo II llamaba sumisión recíproca.

Y si no, pues la cosa no funciona.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com