Jesús Neira ha pasado de héroe a villano. Al parecer, más del 80% de los madrileños aseguran que el profesor que defendió a una mujer maltratada debe abandonar ahora el Comité asesor del Observatorio sobre Violencia de género. ¿Y qué tiene que ver la gimnasia con la magnesia? ¿Ha pegado Neira a su esposa?
Incluso me han dicho que Neira fuma. En ese caso, considero que debe ser fusilado sin juicio previo.
El puritanismo entontece a la gente, además de privarla de libertad. Visto lo de Neira habrá que formularse la siguiente pregunta: ¿nos hemos vuelto todos idiotas o sufrimos de enajenación transitoria?
No creo que haya que echar a Neira del Observatorio, sino al observatorio de nuestras vidas. Y con él, el puritanismo que nos asola.
Por cierto, la señora Aguirre esperaba que Neira dimitiera motu proprio, consejo que, al parecer, no le ofreció a Nacho Uriarte, diputado y presidente de Nuevas Generaciones, cuando en febrero de este año provocó un accidente mientras conducía ligeramente alegre tras participar en una fiesta. Uriarte no dimitió ni como diputado ni como presidente de Nuevas Generaciones, tan sólo abandonó su cargo como vocal de la Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados, actividad más relacionada con el tráfico que con el Observatorio sobre la Violencia de género.
Eulogio López
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