• El Parlamento navarro pide la dimisión de la presidenta Barcina y elecciones anticipadas.
  • El dirigente del PSN, tras el ridículo hecho y la desautorización de Ferraz, todavía no renunciado ni piensa hacerlo. 
En Navarra poco a poco va volviendo la normalidad después del 'calentón de boca' que tuvo el secretario general de los socialistas navarros, Roberto Jiménez, al sugerir que echaría a la presidenta foral, Yolanda Barcina, mediante una moción de censura, tras un supuesto caso de corrupción en la Hacienda Foral que luego se demostró que no fue tal. Moción para la que necesitaba los votos de los proetarras de Bildu, y que por eso fue prohibida por Ferraz, es decir, por Alfredo Pérez Rubalcaba desde Madrid.

Dentro de la 'normalidad' cabe lo que ha pasado esta mañana en el pleno del Parlamento de Navarra que ha pedido -con los votos de PSN, Bildu, Aralar-NaBai, Izquierda-Ezkerra y Geroa Bai- la dimisión de la presidenta del Gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas, respaldando así las conclusiones de la comisión de investigación creada para esclarecer posibles injerencias y tratos de favor en la Hacienda Foral.

Pero Yolanda Barcina ya ha dicho que ni va a dimitir ni va a convocar elecciones anticipadas.

Lo que ya no es tan normal es que, después de ese calentón de boca, y después de haber hecho el ridículo, el secretario general del PSN, Roberto Jiménez, todavía no haya dimitido. Pero es que, según ha declarado esta mañana, no piensa hacerlo. Al contrario, señala que tiene "la conciencia bien tranquila" porque en el Partido Socialista de Navarra han hecho lo que tenían que hacer, ya que "la situación en Navarra es insostenible".

Lo que es insostenible es que todavía no se haya marchado a su casa.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com