En TVE, Eugenio Nasarre, diputado del PP, se refería al encuentro de ayer entre el lehendakari Ibarretxe y el presidente del gobierno. No es el momento de encuentros secretos. Pero el hecho en sí, me parece que es políticamente relevante, es un corolario lógico del debate del lunes. Zapatero no renuncia al diálogo con ETA.

 

Para Nasarre, la reunión significa también el juego floral con el PNV, es decir, que Zapatero se entregó al PNV. Pero, a su juicio, el presidente tiene un problema y es que el PNV ha dicho claramente cuál es su posición política: la derogación de la ley de partidos, una nueva política penitenciaria y una política legal, penal y la supresión del pacto antiterrorista. Ese hecho va a condicionar la próxima reunión del pacto por las libertades porque en el fondo se ha producido una división profunda en el seno de las fuerzas políticas que es cómo afrontar el asunto tras el atentado. Nasarre añadía: el PNV es partidario del diálogo y Zapatero da la impresión de que está aferrado al diálogo. 

 

También en TVE, Ignasi Guardans, eurodiputado de CIU,  rebatía a Nasarre que el PNV es el gobierno vasco y con quien se reunió ayer Zapatero es con quien representa al gobierno vasco, con quien dirige la policía en Euskadi, el máximo representante del estado en Euskadi. Y que ese encuentro se haga no de cara a la galería sino para comparar los análisis tras el atentado es lo que había que hacer. La más mínima crítica, eso me parece hasta inconstitucional.