Este año voy a pedir a los Reyes Magos una Baby Down. La primera muñeca con los característicos rasgos de un afectado por el síndrome de Down.

Las niñas que jueguen con ella podrán enseñarle cosas, "como el maravilloso mundo de los sentidos y las sensaciones", afirman sus creadores, dos jugueteras alicantinas. Con Baby Down los niños y niñas pueden solidarizarse con las personas con Síndrome de Down, los seres humanos con más ternura que he conocido.

El juguete trae indicaciones similares a las que hay que seguir cuando llega a la familia un bebé con síndrome de Down. Las dos empresas están encantadas de "participar en este proyecto en favor de la calidad de vida de estas personas, de forma que desde la solidaridad tratan de luchar por la igualdad y el respeto a la diversidad, en una sociedad abierta y plural que se enriquece y nutre con esa misma característica".

Es estupendo que los más pequeños sepan acunar, hablar al oído, dar de comer, acostar y mimar a sus muñecas de plástico Down. Sería magnífico -un auténtico milagro navideño- que los mayores también lo hagan. Pero con los de verdad. En vez de deshacerse de ellos si tienen el síndrome de Down.

Clemente Ferrer Roselló

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