Sr. Director:
No son pocos los datos que apuntan a una estrategia de radicalismo en los más variados ámbitos de la vida social y política del país, tal vez aprovechando unas situaciones sino extremas sí duras. 

Muestras de un inaceptable extremismo han sido, por ejemplo, la toma de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense, el impropio comportamiento del nacionalista Beiras en el Parlamento Gallego o el fracasado asalto al Congreso de los Diputados.

Da toda la impresión que este radicalismo ideológico está amparado por unos posiciones de la extrema izquierda y por los grupos antisistema, y, desgraciadamente, en no pocas ocasiones consentido tácitamente por partidos políticos que debieran ser referentes de normalidad democrática.

José Morales Martín