Los constructores están quemados con el frenazo de las infraestructuras

 

Enorme expectación política en el desayuno de trabajo organizado por Europa Press en la mañana de este martes. Acudía el ministro de Fomento, José Blanco. Pero el protagonista no era el ministro de Fomento, sino el vicesecretario general del PSOE. Blanco actúa como vicepresidente de facto. Y le gusta. Me pregunta Ud. como si fuera ministro de todo, señala al moderador con tono de queja y sentimiento de satisfacción. Está crecido. Cuando le preguntan por el posible desembarco de pesos pesados se pregunta si es que está en horas bajas. Sobrado. Muy sobrado. Preguntado sobre la reunión de ZP con los 'vices', Rubalcaba y él, asegura que no estaba. Si ha existido y yo no estaba, hay un problema. A Blanco le está gustando sacar la cabeza. Y a lo mejor se la cortan.

Y como todo es política, nada es Fomento. O muy poco. Sobre todo porque Blanco sólo tiene malas noticias: no hay dinero, no podemos seguir manteniendo el ritmo de inversiones en infraestructuras del pasado. Se acabó la broma. Y pone un ejemplo: vinieron a verme unos empresarios para convencerme de la necesidad de reactivar la ruta de la plata, la productividad que conllevaría para la región, etc. Yo les vi tan convencidos que les ofrecí una concesión a coste cero; y no la aceptaron. Conclusión: se acabó la fiesta.

Y claro, los constructores no están especialmente satisfechos. Díaz Ferrán habla por su boca: hay que recortar, pero no en inversiones productivas como las infraestructuras. Así que en el desayuno de Blanco había poco empresario. Apenas Baldomero Falcones. Eso sí, mucho político: Pajín, Zerolo, Pumpido y un largo etcétera de secretarios de Estado y subdirectores generales.

Andrés Velázquez

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