Adelanta su decisión antes de modificar el criterio legal. Total, ¿para qué? 

 

Moratinos considera que el actual sistema de nombramientos está anticuado y obsoleto, como el PP. Por eso, se propone modificar los criterios de nombramientos del servicio exterior y adaptarlo al siglo XXI. Hasta aquí, nada que objetar. El problema viene cuando se le ocurre que la mejor manera de hacerlo es de manera inmediata, incluso antes de la aprobación legal del nuevo sistema. Y claro, eso no puede ser. Hay que respetar los procedimientos. El popular Gustavo de Arístegui le echa en cara que haya nombrado a una persona que no cumplía con los requisitos formales. No dan confianza ni previsibilidad, los diplomáticos de todas las sensibilidades están escandalizados, es una arbitrariedad, una inseguridad y una incertidumbre; están groguis, sin proyecto ni competencia. Se quedó a gusto. Moratinos aguanta el golpe. Responde que el funcionario afectado ya ha renunciado. Normal. Y es que la Asociación de Diplomáticos ha llegado a presentar un recurso.