• El obispo de Bangassou (República Centroafricana) cuenta que en la crisis "política y militar, no religiosa" que vive el país, las parroquias han protegido a la población.
  • "Y en los últimos meses se nos han unido a las parroquias miles de musulmanes, huyendo de los Anti-Balaka", añade.
  • Los Anti-Balaka están formados por exmilitares y delincuentes que han atacado a musulmanes inocentes tras los crímenes que cometieron los yihadistas de Seleka.
  • No obstante, "el imán de la mezquita culpa a los musulmanes de haberse callado ante los atropellos a las comunidades católicas y protestantes por parte los Seleka, lo que les convirtió en cómplices".
  • Agradece la ayuda de los militares franceses, que han "evitado baños de sangre y masacres", pero les reprocha haber llegado "con un año de retraso" tras el ataque de los Seleka.
  • El bloqueo de las carreteras principales ha provocado una crisis humanitaria por falta de alimentos para la población.
El obispo de Bangassou (República Centroafricana), Juan José Aguirre (en la imagen), ha explicado a Hispanidad la situación que vive el país, con hambre, guerra, enfrentamientos, etc. "Todo empezó hace dos años con la invasión de los Seleka, una coalición de fundamentalistas islámicos -de corte yihadista- que invadieron Centroáfrica y tomaron el poder. Fue un auténtico caos, sobre todo cuando los Seleka, por su incompetencia, se fueron en diciembre de 2012".

En ese momento, cuenta Aguirre, "las carreteras principales que entran en la capital, Bangui -que van a Camerún y al Chad- estuvieron bloqueadas, con lo cual a Bangui llegaba muy poca comida" por lo que "se produjo entonces una crisis humanitaria enorme, por falta de abastecimientos", "sobre todo en niños y personas frágiles".

Todo se complica cuando tras la salida de los Seleka, "han empezado a salir grupos de autodefensa -contra Seleka-, llamados Anti-Balaka, no musulmanes, que se han ido armando, a los que se han unido cantidad de ex militares de las Fuerzas Armadas Centroafricanas, que estuvieron escondidos durante más de un año y ahora aparecen con sus armas y se unen a esos grupos de autodefensa.

Y para más inri, a esos Anti-Balaka llegaron cantidad de delincuentes que se unieron a ellos, que cuando atacaron a familias musulmanas encontraron armas. Un delincuente armado con un kalashnikov puede ser tremendamente peligroso". "Estos Anti-Balaka han atacado a familias musulmanas, a todos aquellos que podían estar etiquetados como musulmanes, haciendo auténticos destrozos y creando un terror en la población, hasta hoy".

Como consecuencia de ello, "las carreteras se han vuelto a cerrar, el alimento hacia la capital ha sido muy escaso y hay una dificultad enorme para comer. Y esto lo sufren los más frágiles".

En toda esta crisis, "el 60% de la población de Centroáfrica, sobre todo en Bangui, han estado escondidos y protegidos en las parroquias, rezando y llorando por los muertos y ahora en los últimos meses se nos han unido miles de musulmanes, huyendo de los Anti-Balaka, y se han protegido en muchas parroquias. Ello conlleva una dificultad añadida cuando hay centenares de miles de personas hacinadas en parroquias".

Monseñor Aguirre ha contado el caso de un párroco que ha alojado a 1.200 musulmanes en la parroquia, "y hay grupos Anti-Balaka, con bidones de gasolina, amenazando con quemar la parroquia; y él, aguantando para defender a esos 1.200 musulmanes".

Otro detalle importante -cuenta el obispo de Bangassou- es que "el presidente de las comunidades islámicas de Centroáfrica (un imán) vive desde hace tres meses en el arzobispado, con el arzobispo, come con él y están haciendo conferencias de prensa los dos para pedir la paz por Centroáfrica". "Esto ya da a entender que la crisis de Centroáfrica no es una crisis religiosa sino que es una crisis militar y política. No hay ningún imán que estuviese al frente de los Seleka ni hay ningún pastor ni sacerdote que esté ahora al frente de los Anti-Balaka. Por tanto, todos los religiosos hacen llamamientos continuos para la paz".

Aguirre ha contado que en la capital, Bangui, hay un 15% de musulmanes, "y hemos vivido en paz con todos ellos. Cuando los Seleka llegaron, el imán de la mezquita les culpa un poco de haberse callado ante los atropellos que las comunidades católicas y protestantes recibían. Esto les convertía en cómplices". "Los Seleka no tocaron a familias musulmanas, ni a comercios musulmanes. Entonces, muchos musulmanes se callaron ante los atropellos. Y el imán dice que los musulmanes también debían haber denunciado esos atropellos, violaciones, muertes, etc". "El imán se queja y dice que si los musulmanes hubiéramos reaccionado ante esos atropellos, la historia de los Seleka no hubiera durado más de un mes; y sin embargo ha durado nueve meses y ha hundido el país en el caos".  

Lo que ocurre ahora, añade, es que los Anti-Balaka tienen un "espíritu de venganza muy fuerte y eso nos hace mucho daño a todos, porque estos musulmanes no tienen nada que ver con los Seleka, son familias que han nacido y crecido allí, que tienen mujer e hijos y ven cómo su familia está amenazada. Ahora mismo hay casi 70.000 musulmanes que han huido de Centroáfrica hacia el Chad, 60.000 que han huido hacia el Camerún y uno 40.000 hacia el Congo. Esto es una hemorragia tremenda para Centroáfrica, porque es todo el tejido social y económico que se vive a pique".

Acerca de la ayuda que ha recibido Centroáfrica, monseñor Aguirre ha contado que "los militares franceses han evitado varios desastres; así que gracias porque están allí. Pero les achacamos que han llegado con un año de retraso, podían haber parado a los Seleka cuando estaban invadiendo Centroáfrica y no lo hicieron. Francia intervino en Malí en aquel momento y no en Centroáfrica, lo cual quiere decir que llegaron con un año de retraso. Aun con eso, han evitado baños de sangre y masacres".

Igualmente, ha añadido, "existe un grupo, de 7.000 militares de países limítrofes con Centroáfrica, congoleños, gaboneses, camerunenses, burundeses y ruandeses que están haciendo un trabajo de pacificación. Pero es muy difícil porque Centroáfrica es un país grande, como Francia y Bélgica juntos". "7.000 soldados son muy pocos para la cantidad de sitios donde deberían intervenir". "Y han llegado también decenas de ONGs, con mucho dinero, que se han repartido por todo el país que están intentando con ayuda humanitaria aliviar la situación del país". "Recuerdo a Médicos sin Fronteras que se han ocupado del campamento de refugiados que hay en el mismo aeropuerto de la capital, con más de 100.000 personas. Han hecho un trabajo encomiable para evitar que se propaguen infecciones y para ayuda humanitaria".

También ha destacado la ayuda de Ayuda a la Iglesia Necesitada, de Manos Unidas, y de la Orden de Malta; así como de la Fundación Bangassou.

Por cierto, este viernes, el Consejo de Ministros ha aprobado el envío de 50 militares españoles a la República Centroafricana, dentro de una misión europea.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com