Los marroquíes cercan la frontera para que no entren productos perecederos en la ciudad

 

Al parecer, las conversaciones entre el Rey de España y el de Marruecos no han dado los resultados apetecidos. Los malentendidos por presuntos malos tratos de la policía española a marroquíes, un pretexto del sátrapa Mohamed para avanzar en su intento de anexionarse Ceuta y Melilla, han degenerado en un cierre de la frontera desde el lado marroquí: Melilla se queda sin abastecimiento de frutas y verduras y los marroquíes de la zona sin su principal negocio.

El peligro, como explicamos hoy, continúa siendo la penetración de población marroquí y musulmana en ambas plazas, así como el componente de origen marroquí de las tropas regulares allí afincadas. Está claro que Mohamed VI quiere otra marcha verde pero ahora cuenta con una quinta columna dentro del terreno que ambiciona.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com