Sr. Director:

Estos últimos días, más desde el martes pasado, muchos se declaran contrarios a lo que llaman doctrina conservadora del nuevo Papa Benedicto XVI, y de su antecesor. Opinan que la Iglesia se tiene que modernizar. Pero, ¿que es modernizarse? El estar a favor del preservativo, del aborto, de la boda entre homosexuales, de la ordenación de las mujeres... Estar en desacuerdo en estas materias no es ser conservador, ultra-ortodoxo, como algunos dicen, es ser simplemente católico, como viene siendo desde hace muchos siglos. La Iglesia tiene que adaptarse a los nuevos tiempos, si, pero no perdiendo la esencia de su doctrina.

Me hace mucha gracia, que los que opinan en contra de esta doctrina, la mayoría ni son creyentes. ¿Si se les hace caso, se "convertirán"? ¿Por qué no opinan lo mismo del islamismo, del budismo, del judaísmo...? Si a los que de verdad nos incumbe, estamos a favor de este nuevo Papa, de todo lo que conlleva ser católico, ¿que nos importa lo que digan los demás? ¿O hacemos tantas declaraciones diciendo si está bien o esta mal, cuando se realiza un cambio en algo de lo que realmente no estamos interesados, como puede ser en la presidencia de un partido político, de un periódico, de una radio, o de un club de fútbol? O lo tomas o lo dejas, ante todo libertad. Si estas en una institución, agrupación, club, siempre hay unas normas que se deben cumplir.

Para terminar, sugerir a todas esas voces que opinan tanto de Benedicto XVI, que por lo menos, para tener alguna base de su personalidad, se lean alguno de los cuarenta libros que ha escrito, no les vendrá mal.

Daniel Millan Zorraquino

damillanz@yahoo.es