Santo Domingo atraviesa una de las más graves crisis económicas de su historia. A la devaluación de la moneda (hoy el dólar cotiza a 53 pesos y hace tan sólo un año a 17) se suma la crisis energética. La oposición considera que el manejo de la bancarrota del Banco Intercontinental (Baninter) y la improvisación en política económica del Gobierno del actual presidente, Hipólito Mejía, han precipitado la crisis. 

Tras la quiebra de Baninter, el Estado se hizo cargo de los depósitos, de la gestión y de sus participadas. Entre ellas se encontraba el diario más importante del país, Listín Diario, 40 emisoras de radio y algunas cadenas de televisión. De esta manera, el Gobierno se hizo con el control de prácticamente la totalidad de los medios de comunicación dominicanos.

La crisis ha arrastrado a todos los sectores sociales movilizando por vez primera a profesionales, pequeños empresarios, Coordinadora de Organizaciones Populares, Cámara de Comercio Norteamericana e Iglesia Católica, a la que desde el Gobierno se acusa de hacer "politiqueo". Además, el pueblo se ha lanzado por dos veces a una huelga general, en noviembre de 2003 y enero de 2004. La última se saldó con ocho muertos, un centenar de heridos y 600 detenidos. 

A todo esto se suma la sospecha sobre un posible fraude electoral en las generales del próximo 16 de mayo. La oposición cree que el Gobierno podría haber creado dobles, o incluso triples, cédulas de identificación que permitirían a los amigos del partido en el poder votar más de una vez. Y es que, en efecto, si uno entra en la página web de la Junta Electoral Central (http://web.jce.do/consultas/ced2002.asp) para comprobar los datos personales y el colegio electoral donde debe ir a votar, se puede encontrar con sorpresas. Si, por ejemplo, introduce la cédula 031-0404384-3, se encontrará con la ficha de Yovanny de Jesús de Peña Cordero. Pero, si teclea la cédula 031-0400920-8, se encontrará con el mismo fulano. Y más, si continúa probando con la cédula 031-0403780-3, le volverá a aparecer Yovanny de Jesús, pero, esta vez, de sexo femenino. Tranquilidad porque en Santo Domingo ni hay legislación ni "herramientas" para conseguir el cambio de sexo. Pero lo que sí hay es una gran capacidad para extender el fraude electoral.

Mientras tanto, las empresas españolas han congelado sus proyectos de inversión a la espera del 16 de mayo. Si el presidente optase por no volver a presentarse, el empresariado español considera que existe una posibilidad de recuperación económica. Su apuesta parece clara por el candidato del Partido Liberal Democrático, Leonel Fernández.

El hastío es tal que Proactiva Medio Ambiente (Grupo FCC) optó por abandonar la recogida de basuras en Santo Domingo por falta de pago de las autoridades. No es la primera vez que se produce el impago. Un año antes, Dragados había hecho también las maletas ante la falta de cumplimiento financiero por parte del ayuntamiento.

El pasado mes de septiembre fue cuando Unión Fenosa vendió al Estado dominicano el 50% de las distribuidoras Edenorte y Edesur por 384 millones de euros. La venta se produjo tras la amenaza de las autoridades de intervenir las compañías ante los recurrentes apagones de hasta 15 horas. En la compañía aseguran que el Gobierno dominicano "les cambió las reglas de juego a mitad de partida". La misma oposición pidió a Unión Fenosa continuar con la explotación del negocio ante los riesgos de caos social, que, posteriormente, se han producido. Tras la salida de Fenosa, salieron también pequeñas compañías españolas subcontratas.

Sin embargo, no todo son males para el capital español en la isla. Las cadenas hoteleras españolas controlan en la actualidad el 50% de los hoteles con más de 100 habitaciones. Por otra parte, para el turismo, la devaluación supone una ventaja competitiva. O sea, que viajar al Caribe hoy sale muy barato. Que se lo digan a la mayoría de los estudiantes universitarios madrileños, que este año han organizado su tradicional viaje del Ecuador a Santo Domingo. Eso sí, al Santo Domingo de los hoteles "todo incluido". El otro Santo Domingo, el real, es otra cosa...