En plena vorágine por la sentencia que podría inhabilitar a Alfredo Sáenz como consejero delegado del Santander, aparece en portada del diario Expansión Ana Patricia Botín, presunta heredera de su padre, Emilio Botín, como presidenta de la entidad.

Yo creo en las casualidades pero no en las coincidencias. El asunto que más tiempo ocupa en la corporación Santander es la sucesión y la sentencia, en principio, porque aún no está redactada, marca la inhabilitación de Sáenz y su retiro inmediato.

Además, Ana Patricia, aparece, desde su exilio londinense, con fotos de pose y con un mensaje aplaudido por casi todos: los bancos españoles son requetebuenos, se lo digo yo, que oteo el universo desde la segunda City del mundo. 

Y luego viene la saga envenenada: No preocupan los bancos españoles, sino las cajas. Esto es lo que se llama cajafobia interesada. En primer lugar, porque sus declaraciones se perpetraban el mismo día en que los bancos, again, volvían a presentar una mora más alta que sus colegas mutuales: el 5,8 frente al 5,5 de las cajas.

Menos cachondeo, doña Ana. El capitalismo internacional, o sea, usted, por ejemplo, ya se ha cargado a las cajas de ahorros, la joya del sistema financiero español, pero no es necesario mentir para defender el cajicidio.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com