Por su interés, publicamos el artículo de César Román, presidente de la Plataforma por Madrid, publicada en Minutodigital.com, el pasado 27 de enero de 2005, sobre la presidenta de la Asociación de Afectados y Víctimas del 11-M, Pilar Manjón.

Hace ya bastantes años me presentaron a Pilar Manjón en La Dolores, una cervecería típica madrileña situada en la esquina de Lope de Vega con la calle Jesús, que tiene fama por ser sede del progrerío madrileño y por lo bien tiradas de sus cañas. Durante tiempo desconocí de ella hasta su apellido, cosa la cual no me quitaba el sueño precisamente. Simplemente sabía de ella que era de las de toda la vida de Comisiones Obreras y de Izquierda Unida. Ya ahí comenzaba a ser más rara de lo normal, porque los de Izquierda Unida son raros y difíciles de encontrar incluso en Comisiones. Coincidí con ella en múltiples ocasiones por motivos laborales, y de ahí pasé a conocerla mejor. Si algo caracterizaba a Pilar Manjón entonces era su fría manera de actuar y eso no se le quita a nadie de hoy para mañana. Por eso, porque la conozco personalmente, me sorprendieron sus lágrimas y sus posturas en su comparecencia ante la Comisión del 11-M. Tuve la impresión de que fue solo una puesta en escena, típica de quienes están acostumbrados hacer del victimismo un instrumento político, típica de los modos de agitación y propaganda de la izquierda.

Al día siguiente las fotografías de los periódicos me hicieron aferrarme más aún a esa sensación inicial. En ella se podía ver aplaudiendo a destacados miembros de la Comisión Ejecutiva de Comisiones Obreras como si fueran espontáneos transeúntes o miembros de la Asociación de Víctimas del 11-M. Dos de ellos me sorprendieron especialmente, y digo que me sorprendieron porque uno de ellos era José Manuel Juzgado Feito y el otro era Francisco Naranjo. El primero era el Secretario de Organización de CCOO de Madrid, es decir el responsable de organizar las movilizaciones, concentraciones o manifestaciones que el sindicato hace en Madrid. El segundo era el Secretario de Comunicación de CCOO de Madrid, es decir el Jefe de prensa. Todavía me quedé más perplejo al ver en televisión a Francisco Naranjo haciendo declaraciones como si se tratara de un ciudadano normal que pasaba por allí ¿no sabía el periodista a quien se estaba haciendo la pregunta o es que lo sabía demasiado bien?

Todo esto ha vuelto a mi memoria al ver que Pilar, a la vuelta de sus ocupadas vacaciones por las que no asistió a la manifestación (sic), viene a pedir a la Asociación de Víctimas del Terrorismo que no haga de las reivindicaciones de las víctimas un uso partidista. Y yo pregunt ¿Qué estaba haciendo ella cuando dijo que a su hijo le mataron el trío de las Azores? ¿No estaban haciendo un uso partidista estos destacados miembros de la izquierda sindical madrileña los cuales por cierto, no eran ni víctimas ni familiares de víctimas del 11-M? ¿Porqué dentro de la Asociación de Víctimas del 11-M hubo una guerra interna porque la anterior presidenta, Clara Escribano, no era tan beligerante con el PP como lo era Pilar Manjón? ¿A que palo juega la Sra. Pilar Manjón?

Por ello, creo necesario hacer una reflexión. Hasta la aparición de la Asociación de Víctimas del 11-M y hasta la utilización política del dolor que produjo el atentado de Atocha, nunca las víctimas se habían peleado entre ellas. Es más, una de las características de la Asociación de Víctimas del Terrorismo fue siempre estar al margen de los dictámenes políticos.
 
Esto siempre fue especialmente difícil ya que hay que reconocer que la extracción sociológica de los familiares de las víctimas de ETA, GRAPO o FRAP que hasta ahora engrosaban a la AVT deben ser mayoritariamente de la derecha y por lo tanto más cercanos al PP. No olvidemos en honor a la verdad que siendo Aznar Presidente del Gobierno, la AVT tuvo hasta que realizar una fuerte campaña de presión para que este reconociese en parte algunas de sus reivindicaciones. La comparecencia del presidente de la AVT en el Congreso resultó casi un veredicto aclaratorio de lo que estaba ocurriendo. La utilización política del atentado del 11-M y la manipulación política de la Comisión Parlamentaria estaba provocando una distinción entre víctimas de primera clase y de segunda clase. Pero en lugar de enmendar errores se redunda en la misma línea al poner al frente del Alto Comisionado a un hombre declaradamente socialista y sectario como Gregorio Peces-Barba, ya que resulta como poner a la zorra a guardar las gallinas. Y mientras tanto el PP, como siempre, en el limbo.
Tan víctimas son los que les ponen bombas los asesinos de ETA, como los que se las ponen los terroristas islámicos. Tan Gobierno hay que ser de uno como de otros. Por lo tanto, es desde el Gobierno y desde la oposición, que para algo está aunque todavía no lo sepa, desde donde se tienen que centrar las bases para que las víctimas no sean tratadas como de primera o de segunda división. Es algo de interés para todos. Pero para eso claro, el gobierno tendrá que comenzar a gobernar, y la oposición ha hacer oposición, porque lo demostrado hasta ahora es que ninguno ha aceptado su papel. Y mientras tanto que la Sra. Pilar Manjón olvide, por lo menos cuando hable en nombre de las víctimas del 11-M, que no la ponen la alcachofa en la boca por ser una líder de la izquierda sino por ser portavoz del dolor que provoca el terrorismo de cualquier signo. Y es que en esto todo el mundo tiene algo de culpa, pero que cada palo aguante su vela, y así veremos a que palo juega todo el mundo.

César Román. Presidente de Plataforma por Madrid