El ministro de Economía italiano, Domenico Siniscalco, no es muy claro en sus respuestas, pero es muy gráfico y divertido en su verbo. Siniscalco considera que Italia está atravesando la crisis de transición de régimen. De una inflación elevada, tipos de interés altos, déficit presupuestario y unas constantes devaluaciones, a un sistema estable marcado por la moneda única. A eso hay que añadir las reformas estructurales emprendidas. Toda una dieta de adelgazamiento. Cuando uno ha perdido 20 años en 3 ó 4 años, se pone un poco nervioso, apunta gráficamente. Hoy estamos pagando los costes de las anteriores generaciones que por 30 años fueron excesivamente generosas en el Estado de bienestar, afirma para que se le entienda mejor todavía.

Además, el ministro considera que los problemas de pérdida de competitividad como consecuencia de la devaluación del euro en relación al dólar y a otras monedas supone un claro perjuicio para las exportaciones europeas e italianas, pero limita la responsabilidad del Banco Central Europeo en esa tendencia monetaria. No es una cuestión financiera, sino de economía real. El gran problema económico mundial no es el alto precio del petróleo, sino los graves desequilibrios económicos mundiales. Y las monedas no hacen sino reflejar esos desequilibrios.

Según Siniscalco, Italia todavía está liberando las toxinas de los excesos del ayer. Y en este escenario, no parece conveniente que en medio de la dieta vayamos a meternos una comilona con los amigos. O sea, cuidadín, buena letra, mejores alimentos y continuar con las reformas, que dan buen resultado. Siniscalco se muestra orgulloso de que la reforma laboral haya permitido bajar el paro del 12 al 8%. Sin embargo, apunta la necesidad de avanzar en la reforma de capitales. En Italia casi no existen fondos de pensiones y los fondos de capital riesgo están muy poco desarrollados. Pero donde el ministro pone el énfasis es en las reformas de la producción: energía, profesiones, etc. No tienen coste económico, pero sí social, y por eso no es tan sencilla de realizar, reconoce.

En cuanto a los proyectos para control del déficit público en el próximo futuro, Siniscalco anuncia un recorte de los gastos corrientes y una reforma del impuesto sobre la producción, que afecta señala- a todas las empresas, también a las que están en pérdidas.