A mediodía del miércoles el presidente de la Comunidad Foral de Navarra, Miguel Sanz, comparecía ante el Foro Nueva Economía para mantener un encuentro sobre los retos de Navarra. La presentación corrió a cargo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien calificó a Sanz de liberal, noble, firme, trabajador austero, celoso de los derechos y libertades, tolerante y amigo. O sea que igual lo canonizan antes que a Juan Pablo II. Aguirre no ha perdido la oportunidad para señalar que Navarra es una pieza clave para hacer frente a la a amenaza del estado libre asociado de Ibarretxe. No toleraremos injerencias. Navarra será un factor de estabilidad para evitar riesgos secesionistas

Por supuesto, Miguel Sanz, reiteró las palabras de Aguirre, manifestó su lealtad a España y criticó que las reformas constitucionales abiertas por el Gobierno obedecen a su juicio a la presión de sus socios parlamentarios. El presidente de Navarra señaló también su postura favorable a la supresión de la disposición adicional cuarta de la Constitución. La voluntad mayoritaria de los navarros manifestada en los últimos 25 años es la de no adherirse a ninguna otra com autónoma y mantener un proyecto propio. Sanz considera también que hace falta despertar la conciencia de los vascos, acomodada por el bienestar Hace falta una revolución de la ciudadanía, no hay normalidad democrática en una comunidad donde una demócrata vasca como María San Gil es peor valorada que un vasco de ETA como Otegi, concluye

Además, Sanz aprovechó la ocasión para responder a las críticas del Maragall en relación a los privilegios navarros. Según Sanz, la autonomía financiera de la que goza Navarra sirve para mejorar la calidad de vida y el bienestar de los ciudadanos, así como la solidaridad con el resto de España. Los problemas de España no nos son ajenos, señala. Así insiste en que la aportación navarra al resto del Estado no se calcula en función del número de habitantes (1,33%), sino en función de las renta (1,6%). Por si fuera poco, la aportación solidaria de Navarra se complementa con el Fondo de Compensación Interterritorial y el fondo a la Seguridad Social, señaló Sanz. Y es que la balanza fiscal navarra aporta 194 millones de euros al Estado, mientras que la Seguridad Social del País Vasco arroja una balanza fiscal negativa de 164 millones de euros.

Por lo demás, Sanz desempeñó correctamente su papel para vender en Madrid una Navarra moderna que invierte en I D I y que está preocupada por la mejora de la competitividad, especialmente en el sector de la automoción y agroalimentario.