Es la historia política y económica de la semana que concluye. Llega el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, y soltó la bomba. La verdad es que no dijo que hubiera que cerrar bancos, sino que, si acaso, cuando el reflotamiento  resultase más caro que la liquidación… Si acaso…

Pero el Partido Popular montó en cólera. Y otros muchos también. Un banquero amigo, presidente de un gran grupo financiero, me asegura que esas declaraciones, en pleno proceso de rescate bancario europeo eran "terrorismo financiero".

Creo que no. Como declarara Felipe González a Hispanidad, el presidente del BBVA, Francisco González, dijo mucho más: dijo que los bancos zombis (según FG, para quien todo el mal está en las cajas de ahorros, pero es que don FG es corredor de bolsa) deberían ser cerrados.

Pues miren ustedes, Almunia tiene razón. Incluso se ha quedado corto. La única forma de salir de esta crisis terminal, universal, feroz, consiste en 'jibarizar' los mercados financieros y tratar a los bancos como a cualquier otra empresa o a cualquier particular. Si un banco quiebra se paga su dinero a los depositantes y se condena a los inversores. De hecho, intentar salvar a todos los bancos ha sido el gran error de Mariano Rajoy. Salvar a los bancos en crisis nos va a costar más que todos los ajustes. Y así, claro está, no hay manera de salir de la crisis. ¿Tan difícil es caer en la cuenta?