Sr. Director:
Una prueba palmaria de la religiosidad de España, es la Semana Santa. Es la expresión viva, plástica, de aunar lo humano y lo divino, el sentimiento y la razón, la cultura y la historia, la fe y el arte, la tradición y las raíces cristianas de nuestro pueblo.

 

Por eso, son vanos los intentos laicistas de quienes pretenden acallar la libertad religiosa y cambiar estas celebraciones por el solsticio de primavera o las vacaciones del segundo trimestre. Ante tamaño acontecimiento los pueblos y ciudades se aquietan ante las procesiones de las imágenes de Cristo y la Virgen, que recorren la vía pública, al son de bandas de música con marchas que acompasan el vaivén de los pasos mecidos por los costaleros, y ante el sobrecogedor palpitar de millares de corazones, al ver a Dios que nos ama hasta el extremo, que quiere salvar a todos los hombres, dando su vida para redimirnos y rescatarnos del pecado.

Y es que conmemorando el acontecimiento histórico más importante que jamás haya sucedido en la historia de la humanidad, la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Con la lectura y meditación del Evangelio, durante estos días, podemos revivir la Pasión del Señor, para que broten de nuestro corazón deseos concretos de mejora y correspondencia, para que nuestra fe sea viva, operativa, coherente, y no se limite a un puro sentimiento pasajero. Así, nos identificaremos con Cristo en la Cruz, en nuestra vida ordinaria. Sólo algunos ejemplos: 1º) aceptar con paciencia el dolor y la enfermedad; 2º) ver la Voluntad de Dios en la muerte de las personas queridas; 3º) superar con deportividad las dificultades en el trabajo; 4º) cumplir con exactitud el horario que nos hemos fijado; 5º) que las incomprensiones e injusticias no nos quiten la paz; 6º) trabajar cuando estamos cansados; 7º) soportar con buen humor las mil contrariedades de la jornada; 8º) olvidar y perdonar los naturales roces de la convivencia diaria; 9º) contestar con paciencia a quienes nos importunan; 10º) mejorar constantemente nuestro carácter; 11º) olvidarnos de nosotros mismos para servir con alegría a los demás. Todo un programa de vida cristiana.

Javier Pereda Pereda