• El país sigue conmocionado por el caso, que ha movilizado a miles de personas en la capital para exigir que se esclarezca.
  • La detención e interrogatorio al presunto autor intelectual, el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa, María de los Angeles Pineda, podría dar más luces.
  • Diversas organizaciones religiosas ha celebrado una vigilia de 43 horas de ayuno y oración por los jóvenes desaparecidos.
Recordemos que en México, 43 estudiantes normalistas de Iguala (Estado de Guerrero) continúan desaparecidos desde el pasado 26 de septiembre. Un caso en el que se mezclan la violencia, ligada al crimen organizado, con la connivencia de la corrupción de los poderes públicos.

Y es que, según la Fiscalía, ese día hubo un tiroteo, murieron seis personas, y en la desaparición de los estudiantes participó la Policía Municipal Preventiva de Iguala y un grupo de delincuentes conocido como Guerreros Unidos.

Además, el alcalde de la ciudad de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa, María de los Angeles Pineda, están acusados de complicidad con el grupo del crimen organizado Guerreros Unidos y la policía municipal, como autores intelectuales de la desaparición de los 43 estudiantes.

Pues bien: lo último en relación a este caso, que ha puesto contra las cuerdas al Gobierno del PRI de Enrique Peña Nieto, es que tanto el ex alcalde de Iguala, Abarca, como su esposa, Pineda, han sido detenidos. Y al serlo (en la capital mexicana), Abarca declaró que "ya no aguantaba más" escondido.

Desde entonces, la pareja permanece recluida en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada para ser interrogada por los investigadores del caso.

Todavía no ha trascendido nada, pero el nuevo gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega, ha indicado que los 43 'normalistas' podrían estar vivos, según agencias.

Pero mientras, las movilizaciones sociales prosiguen en un país conmocionado por el caso. Los 43 nombres de los jóvenes desaparecidos fueron coreados por miles de ciudadanos en marchas organizadas para exigir su aparición con vida.

La marcha más multitudinaria se celebró en la capital mexicana y en ella participaron miles de ciudadanos, en su mayoría estudiantes, en el trayecto que separa la residencia oficial de Los Pinos y el Zócalo capitalino.

Además, en la capital mexicana, diversas organizaciones religiosas celebran en el Zócalo una vigilia de 43 horas de duración en las que están realizando ayuno y oración por los jóvenes.

Y en Guerrero, las protestas fueron protagonizadas por grupos de estudiantes, maestros y autodefensas, quienes cortaron varias carreteras.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com