El día 20 termina el periodo de suscripción y los accionistas no saben cómo optar entre la oferta de Rivero y la de los Sanahuja, porque la CNMV no ha aclarado el sistema. Los foros de Internet son un bombardeo de preguntas sin respuesta. Rivero asegura al accionista que tras las opas ¡se revalorizara la acción! Botín empieza a ponerse nervioso : los Sanahuja afrontan una deuda de más de 3.000 millones de euros

El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Manuel Conthe, ha conseguido batir su propia marca a la hora de confundir a los accionistas en el caso de las opas sobre Metrovacesa. Todo por no decidir un sistema que ordenara el proceso, al tratarse de dos opas parciales. Por ejemplo, los foros de Internet están enloquecidos y los accionistas se preguntan cómo, y sobre todo en qué proporción deben acudir a la OPA de Rivero o a la de Sanahuja. La historia comenzó cuando Sacresa (familia Sanahuja), propietaria de un 24% del capital de la primera inmobiliaria española, lanzó una OPA sobre el 20% del capital a 78,1 euros por acción. Los Sanahuja trataban de hacerse con el control de la compañía expulsando al presidente Joaquín Rivero. Éste, apoyado por otro accionista, el valenciano Juan Bautista Soler, lanzó una contraopa sobre el 26% del capital a 80 euros por acción. ¿Por qué sobre el 26%? Pues muy sencillo, porque eso obligaría a los Sanahuja a opar por esa misma cantidad: 26 24=50%. Y según la legislación española, sobrepasar el 50% del capital impone la obligatoriedad de ampliar la oferta al 100%.

Los Sanahuja reaccionaron ofreciendo la posibilidad de ceder un 0,3% del capital a ONG. De esta manera no alcanzaría la frontera del 50, pero podrían desbancar a Rivero.

Aquí es donde interviene la CNMV. Su presidente, Manuel Conthe, se niega a la cesión del 0,3% a ONG o a cualquier otra empresa o institución. Hasta ahí todo discutible, pero correcto. Sin embargo, comete el increíble error de no ordenar el proceso de dos opas insistimos, parciales, y por tanto sometidas al correspondiente prorrateo- que operan al mismo tiempo. Podía haber abierto un periodo de suscripción para la de Rivero y Soler y otro para Sacresa, pero no lo ha hecho. De este modo, a pocos días de que termine el periodo de suscripción, el próximo miércoles 20, la confusión entre los accionistas es mayúscula. Tan mayúscula que el propio anuncio de Cresa Patrimonial (Sanahuja) alude a su enemigo, a Metrovacesa, y recuerda que tres cajas de ahorros se han comprometido ya con la OPA de Rivero es decir, que felicita a su adversario-, pero que, como se trata de opas parciales, si quieres vender todas tus acciones y no sólo una parte, distribúyelas con lógica entre las dos ofertas y acude mayoritariamente a la de Cresa Patrimonial, SL, ya que respecto a la otra oferta existe, como ya se ha dicho, el compromiso firme de las cajas de acudir y, por tanto, la orden de venta se verá afectada en mayor medida por el prorrateo.

Cosas veredes, Sancho : el tancredismo de Conthe obliga a los Sanahuja a animar las compras a su competidor o, al menos, a ensalzar su oferta.

Y los más preocupados son los pequeños accionistas porque, aunque Rivero promete que las acciones que usted no venda, nuestra gestión se las revalorizara, todo el mundo sabe que después del calentón provocado por la batalla, lo lógico es que la cotización se despeñe el mismísimo día 21. Y aunque el pequeño inversor consiga colocar el 46% de sus títulos (20 26), todo hace presagiar que el 54% lo venderá a pérdida.

En el entretanto, Emilio Botín empieza a ponerse nervioso. El patrimonio de los Sanahuja es ingente, pero en esta OPA han comprometido más de 3.000 millones de euros con un conjunto de bancos que coordinan Santander y Banesto. Los Sanahuja cuentan con un poderoso patrimonio, pero en la pugna por Metrovacesa se están manejando cifras galácticas. Su estrella empezó a declinar el día en que La Caixa abandonó su proyecto inmobiliario y, en una operación tan rauda como sorprendente, vendió Inmobiliaria Colonial a Inmocaral. Respecto a Rivero, su juego ha sido el propio del empresario que controla con mano de hierro una empresa sin contar con el accionista mayoritario.

¿Y qué va a pasar con la empresa, que no deja de ser la primera inmobiliaria de España? Pues todo parece indicar que se aproximan a un modelo Cepsa, un primer accionista que no manda permanentemente enfadado con el gestor. Así, en principio, no parece el reino de la armonía. Todo a cuenta del Sr. Conthe, un regulador que ha decidido aplicar una ley no muy buena sin preocuparse de las consecuencias de la misma.