• Y no es una novedad: la canciller alemán actuó como agente de E.ON en su opa sobre Endesa.
  • Por su parte, ENEL no sólo se plantea el relevo de Borja Prado sino la venta de ENDESA a E.ON, lo que allanaría el camino.
  • Lo cierto es que los italianos ya no pueden exprimir más a la eléctrica española cuya capacidad de inversión anda mermada.
  • Mientras, Iberdrola continúa con su proceso de desinversiones.
  • Y Galán se enfrenta al Gobierno Rajoy.

Entre los fontaneros monclovitas no se habla de otra cosa que del rescate que oficialmente se niega... y que esperemos no llegue nunca. Y una de las condiciones que impone la canciller alemana Angela Merkel es que una empresa energética alemana -en concreto E.ON- se haga con una de las dos grandes eléctricas españolas, sea ENDESA o Iberdrola. No olvidemos que ahora estamos viviendo la reconversión bancaria de la eurozona pero después llegará la no menos relevante reconversión energética.

No hay que extrañarse. Lo que a nosotros nos escandaliza -un político abogando por una empresa -es de lo más habitual en el mundo anglosajón. En Moncloa recuerdan que fue la propia Merkel (en la imagen) quien telefoneó al anterior presidente, Rodríguez Zapatero, para exigir a Madrid que no se interpusiera en la opa de E.ON para hacerse con ENDESA. Desde luego, precedentes hay.

Y es precisamente E.ON, que al igual que RWE ha sufrido la política antinuclear de Merkel quien no renuncia a expandirse por España y, a través de España, por Iberoamérica. E.ON desea Iberdrola o ENDESA. La primera resulta bien difícil, porque, a pesar de que su presidente, Ignacio Galán, se ha visto obligado a desinvertir y a pesar de que la evolución de las bolsas de Madrid y Fráncfort benefician a los alemanes en materia de capitalización, lo cierto es que Iberdrola es más rentable que E.ON y está menos apalancada (aunque se financia a mayor precio) por el deterioro de la marca España.

Eso sí, el ataque germano se considera una condición para que Berlín rebaje sus condiciones en el rescate y, encima, llega en un momento de enfrentamiento entre Ignacio Galán y el Gobierno Rajoy, por mor de la última reforma energética del ministro de Industria, José Manuel Soria, que en Iberdrola -bueno, y en Endesa, y en Gas Natural Fenosa- consideran confiscatoria.

Lo de Endesa podía ser más sencillo, porque su propietario, la estatal italiana ENEL, ya la ha vaciado, al menos de inversiones, y la compañía necesita ahora un capital que le resulta difícil conseguir -a pesar de su carácter público- para reforzar la joya de la corona, esto es, Iberoamérica.

Además, recordemos que los italianos quieren prescindir de los servicios del español Borja Prado, a quien ya no consideran útil, y que podrían matar dos pájaros de un tiro vendiendo Endesa a E.ON.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com