El Gobierno germano, una vez más, se entromete en una batalla empresarial

 

El mismo Ejecutivo que hace cuatro años, en 2006, protestaba por las trabas que Zapatero colocaba para que la compañía alemana E.On no tomara el control de Endesa, solicita en plena OPA de ACS sobre la germana Hochtief, que la sede de ésta permanezca en la actual ubicación, la ciudad de Essen. Podría parecer un aspecto meramente formal, pero lo que está claro es que donde radica la sede de una empresa, ahí está la marca identitaria de la misma, por lo que las declaraciones de la canciller Angela Merkel son, simplemente, una forma sibilina de defender que la compañía española no  controle a la alemana.

En este sentido, es curioso recordar cómo, en plena batalla de E.On por Endesa, el ministro Sebastián, ante la pregunta que una molesta periodista alemana le realizó sobre la intromisión del Gobierno en esa batalla empresarial, le respondió: ¿Sabe usted cómo nos enteramos de la OPA de E.On? Por la llamada de Merkel a Zapatero.

En el fondo, puede haber dos lecturas del asunto: donde las dan, las toman o que, si se quejaban en el pasado, ¿por qué hacen ellos lo mismo?

Lo que está claro es que el Gobierno alemán ya ha movido ficha y ha mostrado cuáles son sus intenciones. Ya se verá cómo acaba todo: en adquisición o en agua de borrajas.

Juan María Piñero

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