La canciller pide apertura de mente a los parlamentarios alemanes

El accidente nuclear causado por el terremoto en Japón ha reconducido el debate en Alemania, donde ya se había planteado la prórroga de la vida útil de las centrales. A cambio, Angela Merkel estableció una serie de impuestos que sirvieran para financiar la transición hacia la energía verde.

Por el momento, presionada por la agenda de un año en el que se celebrarán siete citas electorales, Merkel ha decidido la moratoria de tres meses para aquellas centrales anteriores a 1980. La canciller alemana defendió este jueves ante el Parlamento las medidas tomadas y exigió a los diputados apertura de mente para aceptarlas. En algunos estados se advierte de los efectos de la moratoria. Es el caso de Hesse, donde el primer ministro, Volker Bouffier (CDU), señaló la necesidad inevitable de modernizar el reactor de Biblis y no excluyó la posibilidad de un cierre definitivo.

Lo que nadie excluye es que los impuestos sobre las nucleares sigan en funcionamiento. Se presentó como la compensación por la prórroga de la vida útil, pero ahora que se plantea la moratoria nadie quiere hablar de un apartado que suponía importantes ingresos para la administración. Dado que algunos de estos impuestos, como la tasa sobre el combustible, están vinculados a la producción de energía, el parón supondrá una lógica rebaja en la recaudación.

Mariano Tomás

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