Cuentan en los mentideros de la Ciudad Condal que cuando los de ERC se enteraron de que el acuerdo Zapatero-Mas les dejaba fuera de juego, acudieron a Moncloa para exigir explicaciones presidenciales. Zapatero les recibió con una sonrisa en los labios y les dijo que no se preocuparan. ¿No os he engañado a vosotros cientos veces? ¿Cómo no les voy a engañar a ellos?

Lo peor es que los de ERC regresaron tranquilos. Al fin y al cabo la mentira y la deslealtad -debieron de pensar- forman parte de la cotidianeidad política: ZP ha engañado en varias ocasiones a Rajoy e insiste en que el proceso de rendición se hará sin precios políticos ni hipotecas al tiempo que mira para otro lado cuando Batasuna viola su ilegalización, niega las cartas de extorsión etarra a los empresarios vascos y navarros y prepara los beneficios penitenciarios para presos etarras.

Apaga la luz sobre el proceso de rendición cuando les interesa, exigiendo prudencia y paciencia. Vende la guerra como paz y a la destrucción de la familia la califican de ampliación de derechos. Desconoce el compromiso con la palabra dada y ha convertido la política en un verdadero mercadillo persa capaz de entablar dialogo profundo con la civilización iraní. Miente, que algo queda, parece el slogan. Queda el poder -quizás para los próximos 35 años- pero en el camino se pierde el honor, la honestidad, y la lealtad con los compromisos asumidos. O sea, la civilización. Los españoles tenemos derecho a conocer la verdad.

Luis Losada Pescador