Sr. Director:

Vivo en Venezuela y estoy pasando unos días en España, visitando a mi familia.

Veo que no hay muchas diferencias en una y otra parte del "charco": se sigue engañando a la gente cambiando el sentido de las palabras. Lo que en Venezuela se llama "revolución bonita" es hambre, desempleo y niños de la calle. Lo que en España se llama "progresismo y pluralidad" es una sociedad cada vez más uniforme, materialista e insatisfecha.

En ambos lados, los más inocentes y débiles siguen pagando los platos rotos del pequeño grupo de vividores (llámense chavistas, socialistas o señoritos de la derecha). En ambos lados, los niños abortados, los padres y madres desempleados, la familia destruida. En ambos lados, los mismos lobbys de poder.

Menos mal que nos queda la Iglesia como única esperanza para los pobres. Por eso, en ambos lados, la dan tan duro. Es muy buena señal.

Carlos Ruiz de Cascos

crcascos@hotmail.com