La última producción de animación realizada por Dreamworks Animation (los estudios responsables de Shrek, Madagascar o Cómo entrenar a tu dragón) llega a las pantallas, con un argumento algo enrevesado para los menores
Megamind es un supervillano gafe que no ha logrado conquistar Metrocity, a pesar de poseer una gran inteligencia. Y es que Megamind ha sido frenado siempre por un superhéroe con capa llamado Metro Man. Pero, un día Megamind consigue derrotar a su adversario Lejos de acabar ahí sus problemas, de repente surgirá un nuevo enemigo que  amenaza con destrozar su ciudad y robarle a la chica de sus sueños. En esa tesitura el malvado Megamind se verá abocado  a convertirse,  a su pesar, en todo un héroe
Visualmente Megamind vuelve a demostrar los grandes avances conseguidos en el cine de animación por ordenador,  donde cada vez más los personajes están plasmados con tanta genialidad que podemos distinguir hasta los mínimos detalles de su fisonomía. Pero, como ocurría con Shrek, da la impresión de que, al intentar captar no sólo a un público infantil sino a los adultos que les acompañan, han complicado demasiado el argumento (a este respecto, un guiño que sólo apreciarán los mayores se encuentra en la representación del padre de Megamind calcada de la figura encarnada por Marlon Brando en Superman, con toques de otro personaje interpretado por él: El Padrino)
Pero la trama de Megamind, que definen en su publicidad como una lucha del bien contra el mal, o del villano al que no le gusta en el fondo ser malvado, es muy confusa en sus constantes referencias al Yin y al Yang o, concretando más, en esa la explicación maniquea de que el bien para subsistir necesita la existencia de su contrario: el mal. Hubiera sido más sencillo si simplemente hubieran reforzado el aspecto romántico de la historia: la transformación de Megamind por amor.
Y es que, aunque Megamind contiene momentos ocurrentes y divertidos, personajes con chispa y secuencias muy bien rodadas,  los estudios Dreamworks nunca alcanzan en sus argumentos la humanidad que contienen los imaginados  por su inmediato competidor: Pixar, ahora puntales de referencia de los estudios Walt Disney.

Para: Los que les gusten las películas de animación aunque no cuenten con un argumento redondo