También pretende, con ayuda de Florentino Pérez, que Telefónica les compre los derechos del fútbol. La precariedad laboral reina en Mediapro e Imagina, los mundos del comunista y anticlerical Jaume Roures. El progresista García Ferreras lidera unos informativos de La Sexta, que realiza un solo equipo

Los dispendios de La Sexta y Mediapro en derechos deportivos contrastan sin embargo con la situación laboral que se vive dentro del Grupo Imagina. Pues bien, los sindicatos han comenzado tímidamente a darse cuenta que en el imperio de Mediapro no es oro todo lo que reluce y que aunque el camarada Roures se dedique a militar y no a trabajar esto no es óbice para que aplique a sus empresas las mismas o más duras políticas laborales que esa derecha capitalista y neoliberal a la que tanto repudia.

El primer ejemplo lo hemos tenido recientemente en la productora K2000, la marca blanca de Mediapro en el País Vasco. Ya el 21 de abril los sindicatos le convocaban una huelga a Roures y paralizaban la actividad de esta productora. Llegados aquí, merece la pena preguntarse ¿cuáles eran los motivos que llevaron a los sindicatos a esta decisión? La respuesta la encontramos en el comunicado (desconocido para los medios) que CCOO distribuyó entre los trabajadores y en el que se puede leer textualmente lo siguiente sobre los motivos de la susodicha huelga:

"Lo que apreciamos en CCOO Euskadi es sencillo: el gigante mediático Mediapro, está realizando, desde inicios de 2010, una dura restructuración de las plantillas de las empresas que conforman el grupo a base de despidos. Así está ocurriendo en K2000 y en Molinare con sedes en Barcelona y Madrid. Que lo único que busca es la total precarización de las condiciones laborales y no una mejora de la calidad organizativa ni productiva.(...) Que Mediapro, en pago a los trabajadores y trabajadoras del sector por promover el crecimiento de su negocio y sus beneficios, está haciendo un esfuerzo considerable por precarizar las condiciones laborales de cara al futuro, cambiando la estabilidad en el empleo por eventualidad, la carrera profesional por incertidumbre y buscando recortes en los derechos laborales."

El comunicado habla por sí sólo. Los sindicatos acusan a Roures de valerse de los pingües beneficios que ha obtenido en los últimos años, no para luchar contra la precariedad laboral, como buen marxista, sino justamente para todo lo contrario, para recortar derechos laborales y aumentar la eventualidad. Pero esta política no es exclusiva de la productora K2000 sino que encuentra sus ramificaciones en el resto de empresas del grupo donde la presencia sindical brilla por su ausencia. La técnica de crecimiento del Grupo Imagina (y aquí no hay que referirse únicamente a Roures sino también a los socios de Globomedia) se ha basado en contratar a aprendices ávidos de trabajar al precio que sea y durante las horas que se les requiera. Fue la técnica utilizada, por ejemplo, para montar la redacción que, a través de Liquid Media (otra de las marcas de Roures), se encarga de elaborar las dos ediciones diarias de los Informativos de La Sexta bajo la atenta mirada del gran visitador Antonio García Ferreras, a la sazón director de La Sexta. Estos jóvenes licenciados se han convertido en empleados multifunciones que con un sólo turno sacan al aire dos ediciones de informativos.

Pero la utilización del contrato por obra no es exclusiva de Mediapro. Otra de las productoras de la casa que más ha recurrido a esta técnica contractual ha sido Globomedia. Desde hace meses la Inspección Laboral de la Comunidad de Madrid está investigando el posible uso abusivo que desde ciertas compañías del Grupo Imagina se hace de los contratos por obra, por un lado, y la posible contratación de falsos autónomos por otra. Esta sería la verdadera cara laboral del Grupo controlado por Jaume Roures y por sus socios, especialmente José Miguel Contreras, asesor de ZP, y su íntimo -que no socio- Miguel Barroso, esposo de la ministra de Defensa, Carme Chacón y director para España de la poderosa multinacional de la publicidad WPP, que dirige un amigo de Roures, Sir Martin Sorrell, otro afecto a esa internacional progresista, que no socialista, que es el club Bildelberg.

Como Roures asegura que ni Mediapro (Público) ni La Sexta son progubernamentales, no acertamos a pensar porque la ministra Carme Chacón visita con asiduidad, acompañada de Roures y de Barroso, el casoplón de Tacho Benet (creador junto a Roures de Mediapro) ubicada en Sa Tuna, el enclave para millonarios de la Costa Brava, con embarcadero propio. No es ningún secreto que los Migueles han sido los lanzadores de Zapatero, que estos les pagó con el regalo de La Sexta, pero que ahora, tanto su esposo como Contreras luchan porque, si cae ZP, su sucesora sea la catalana Chacón. Ojo, no es una operación contra ZP sino con ZP-. En Mediapro-La Sexta nada se hace sin concertar con Moncloa.

En el entretanto, A3 TV espera que Mediapro se derrumbe aún más para adquirir La Sexta  a buen precio. Eso sí, Roures nunca se rinde: ahora, con la inestimable ayuda de Florentino Pérez, intenta que Telefónica le compre los derechos del fútbol, además de lanzar Marca TV, propiedad de El Mundo, es decir, el medio donde Pérez tiene más influencia.
Volviendo a la precariedad del universo Roures, ¿qué dice la Asociación de la Prensa de Madrid sobre la situación de estos que podríamos calificar como "redactores precarios"? Pues nada. Nunca hemos oído a su presidente Fernando González Urbaneja abordar esta cuestión en relación con las empresas integradas dentro del Grupo Imagina. ¿Tendrá algo que ver en este silencio de González Urbaneja el hecho de que su hijo César González ejerza desde el año 2006 como director de Informativos de La Sexta a las órdenes de Antonio García Ferreras? Es una pregunta retórica.

Pero Roures y sus socios no se limitan a aplicar este nuevo comunismo (Mediaprogresismo, le podríamos llamar) dentro de su casa sino que, como buenos troskistas, aspiran a su implantación universal. Recientemente, Mediapro, a través de Mediarena, ha contribuido a que Antena 3 Televisión pueda  deshacerse de casi 120 trabajadores que le "sobraban" de su área de operaciones y entre los que se incluyen cámaras, iluminadores o técnicos de sonido. Estos trabajadores, que hasta hace unos meses prestaban sus servicios para Antena 3 después de 20 años, ahora lo hacen para Mediarena, tras verse obligados a optar entre las nuevas condiciones que le impone la empresa de Roures o el despido.

Nada ilegal, claro está, pero muy progresista.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com