En cuanto una empresa contrata a la consultora Mckinsey acaba el 10% de la plantilla en la calle. Eso sí, suele mejorar los resultados, si no por aumento de los ingresos, al menos sí por reducción de los gastos.

Pues bien, a Magdalena Álvarez, ministra de Fomento, uno de los miembros del Gobierno Zapatero que presentan peor balance de gestión, también le ha dado por contratar a Mckinsey, no se sabe si para reducir plantilla en AENA o Renfe (esta última ya muy reducida) o para aclarar el organigrama del Ministerio, en cuyo cargo, el contrato, además de oneroso, resultaría novedoso.

Hablamos de 600.000 euros por un año, es decir, unos 100 millones de las antiguas pesetas. No es mucho para Mckinsey pero supone abrir una nueva brecha de negocio.

De cualquier forma, que un Gobierno contrate a una consultora, que, además, es el mayor destructor de empleo en España, marca un antes y un después. Eso sí, es todo un error, porque con los funcionarios se puede hacer cualquier cosa salvo dos: despedirlos y hacerles trabajar.