Sr. Director:
La reforma educativa con la que el Gobierno quiere poner remedio al preocupante estado de nuestro sistema educativo prevé incluir en su articulado una regulación por la cual la programación de nuevas aulas estará determinada por la demanda de las familias y no por la voluntad de la Administración autonómica de turno.

Así, no se abrirán más aulas en centros públicos cuando la sociedad las demande en los concertados, y viceversa. Pienso que se trata de una acertada medida que refuerza el derecho de los padres a decidir la educación de sus hijos.

Jesús Martínez Madrid