Sr. Director:
Acabo de leer en la hoja informativa de la Diócesis de Málaga, que el próximo sábado día 11 van a ser ordenados sacerdotes dos jóvenes malagueños.

Me da alegría la noticia, por sus entregas al sacerdocio y luego porque serán los dos primeros sacerdotes que ordene nuestro obispo Don Jesús Catalá y porque también serán los dos primeros sacerdotes que se ordenan en esta Diócesis al comienzo del Año Sacerdotal que el pasado 19 de junio ha inaugurado el Santo Padre Benedicto XVI, con ocasión del 150º aniversario del dies natalis de Juan María Vianney, el Santo Patrón de todos los párrocos del mundo.

Antonio Castilla, que es uno de los futuros sacerdotes, era un chico muy tímido y su madre, -como todas las madres- quería ayudarle a superar la timidez y lo llevó a una convivencia de verano del Seminario Menor. El Señor se valió de este encuentro para llamarlo a través del testimonio de felicidad, disponibilidad, simpatía, diversión () que encontró en los monitores del Seminario.

Jesús Hernández ya era profesor de religión y aunque había conocido a una chica con la que estaba saliendo, cuando en el año 2003 vino Juan Pablo II al Encuentro Mundial de la Juventud, perdió el miedo que tenía de hacía tiempo de la llamada que el Señor le venía haciendo en su corazón. Fue entonces cuando decidió entrar en el Seminario y recobró inmediatamente su paz.

El Sacerdocio es el amor del Corazón de Jesús, repetía con frecuencia el Santo Cura de Ars. La principal labor del Cura de Ars fue la dirección de almas. No llevaba mucho tiempo en Ars cuando la gente empezó a acudir a él de otras parroquias, luego de lugares distantes, más tarde de todas partes de Francia, y finalmente de otros países. Su consejo era buscado por obispos, sacerdotes, religiosos, jóvenes y mujeres con dudas sobre su vocación, pecadores, personas con toda clase de dificultades y enfermos.

Que el Santo Cura de Ars bendiga a Antonio y a Jesús para sean santos sacerdotes, que es lo que necesita la Iglesia.

Mi felicitación y mis buenos deseos de santidad para los dos.

Josefina Galán

finagalan@gmail.com