Sr. Director:

Según el Diccionario de la Lengua Española, y antes de que el gobierno de Zapatero decida cambiarlo, Mártir es toda persona que padece tormentos o muerte por  sostener la verdad de sus  creencias. ¿Por qué digo esto? Es muy sencillo.

Cada día se hace mas patente, que los católicos nos acabaremos encontrando en  circunstancias parecidas a la del pastor protestante sueco Ake Green. El pastor, de 63 años, ha sido condenado a ingresar en prisión, simplemente, por dar su opinión sobre el matrimonio de homosexuales, acogiéndose al derecho de libertad de expresión y a la obligación, que tiene como pastor, de formar y dar criterio a sus fieles. En SU parroquia y ante SUS feligreses,  explicó que la ley de matrimonios homosexuales era contraria a los valores cristianos, atenta contra el orden de la naturaleza y que las adopciones, por padres del mismo sexo, no benefician a los niños. Según el Tribunal de Justicia de Kalmar estas palabras son consideradas expresiones despectivas contra los homosexuales. 

En España, no tardaremos en ver a jueces, alcaldes y funcionarios públicos ser condenados a penas de prisión, reducción de sueldo, o cualquier otra medida, por no querer casar a homosexuales, aunque se acojan a la objeción de conciencia. Ya lo advirtió Fernández de la Vega: Hay que cumplir la ley.

Pero, hay algo peor, y es el miedo. El miedo a las represalias, por decir lo que piensan sobre la homosexualidad y la adopción de niños por padres del mismo sexo, que sienten muchos ciudadanos. No sea que les condenen, como al pastor sueco, por  discriminación o vulnerar el derecho al honor y a la propia imagen, o simplemente, por no respetar la intimidad de las personas. A estas alturas de mi vida, ya no me extrañaría nada, sobre todo, si advertimos lo que le gusta a Zapatero copiar a sus socios europeos.

Reme Falaguera

reme.falaguera@miportal.es