En su comparecencia parlamentaria de la mañana del martes, el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, horas después de una oleada de avalanchas contra la alambrada que separa Marruecos de Melilla, el número dos de Interior aseguró que se enviarán otros 40 guardias civiles a Melilla, pero evitó a toda costa hablar sobre las responsabilidades del Gobierno de Rabat, que anima a los subsaharianos a lanzarse contra la plaza española de África.

Rabat esta utilizando, y seguirá utilizando, a los inmigrantes africanos más desesperados como un ejército contra España, mientras el Gobierno Zapatero guarda silencio y prefiere afrontar el asunto como si retrata de un problema de orden público.

Al mismo tiempo, Wall Street Journal, el periódico más próximo a la Casa Blanca, omite cualquier crítica a la utilización esclavista de estos inmigrantes por el Gobierno de Rabat mientras critica a España por rodear Melilla con una alambrada. Es decir, ya sabemos de qué lado está el Imperio.