Juan Bedoya, cronista religioso de El País, ha entrevistado a Juan Arias, cronista religioso de El País, en el diario El País. O sea que la cosa va de juanes, y el motivo es que el segundo Juan, el más veterano, el Arias, ha escrito un libro sobre la Virgen María. Como pueden ustedes imaginar, el libro es polémico, pero bien amarrado bíblica e históricamente. Es más, hace cuatro años (el Arias, no el Bedoya) hizo lo mismo, con enorme éxito, con la revolucionaria figura de Jesús. Y fíjense, a pesar del enorme éxito, yo sin enterarme.

Pero oigamos lo que nos cuenta este sesudísimo investigador, Juan Arias, siempre amarrado a la Biblia o marrado en la Biblia, que no lo tengo muy claro. Ahí va: María es la gran traición de la Iglesia Católica, que tuvo miedo hasta de aprobar un documento sobre ella en el Concilio Vaticano II.  Esto es un rayo de luz en tanta oscuridad. Yo pensaba que si de algo ha hablado la Iglesia durante los siglos XIX y XX era de la Virgen María pero ahora descubro, ¡cuánto te debemos Juan Arias!, que no, que la Iglesia tuvo miedo a hablar de María en el Vaticano II. Arias lo sabe por la Biblia, seguro.

Pero profundicemos, señores, profundicemos. ¿Por qué tuvieron miedo los padres conciliares? Arias lo sabe. Resulta que no le dedicaron una constitución dogmática, por ejemplo, para evitar que fuera aquella mujer implacable contra la injusticia del canto del Magnificat. Injusticia social, naturalmente, aunque uno juraría que el Magnificat recoge viejos salmos judíos, y que tienen poco que ver con el Manifiesto comunista.

Pues no señor. Lo que los cardenales, machistas y neocom a partes iguales, trataban de evitar era, lagarto, lagarto, que María se convirtiera en el elemento femenino revolucionario del Cristianismo. Do you understain?

Que no, que no me invento nada, que lo ha dicho Arias: María fue una mujer fuerte, capaz de enfrentarse a su propio hijo, preocupada por los más desheredados y dura con el poder. No recuerdo ese enfrentamiento con su hijo, pero si lo dice Arias seguramente es que se me ha escapado. He ahí a la verdadera María (2.000 años nos ha costado descubrirlo): una sindicalista judía, que llamaba a las barricadas contra el poder imperial romano, previsiblemente controlado por George Bush

¿Que cómo ha logrado la clerecía modificar el personaje? Muy sencillo, la cosa empezó con San Pablo (Y yo en la inopia, creyendo de buena fe que lo progresista era lo paulino): Un cierto catolicismo fue desde el inicio, marcado por el machismo que impuso Pablo de Tarso. ¡Vaya con el Pablete! Pero Arias no se queda ahí, no señor. Asegura, amarrado a la Biblia, y probablemente a la Constitución europea, que Jesús había colocado a la mujer en el centro de su misión. Es cierto que hasta el momento, el género humano no había caído en ello, pero es porque no leen ni a Arias ni a Bedoya.

Es igual, la entrevista da muchas vueltas pero Arias ha reservado la guinda para el final. Ojo al dat Un día la Iglesia tendrá que aceptar que lo más seguro es que María concibió a su hijo extraordinario como todas las mujeres, y que el dogma de la Inmaculada Concepción no es otra cosa, como dice Enrique Miret Magdalena (¿Por qué sentía yo que faltaba don Enrique?), que el haber sido liberada del pecado del mundo, es decir que fue una mujer contra los verdaderos pecados de la humanidad: injusticia, violencia y atropello de los humildes.

Hombre, aquí tengo que hacer una precisión. Uno hubiese jurado que lo de la Inmaculada Concepción no es de Cristo, ni se refiere a la no colaboración de varón, sino de la Virgen, y en alusión a que nació sin pecado original. Pero no seré yo quien ose rectificar a don Juan (Arias, no confundir con Bedoya) ni a don Enrique

Por eso, tampoco me opondré al mensaje final. Porque, nos dice el gran Arias, cuando al fin se escriba la verdadera historia de la Virgen María (la suya, por si no lo habían cogido), sólo entonces se podrá comenzar a revisar el último tabú del cristianism el de un Jesús que no se privó de una relación amorosa con una compañera. Y no se lo digan a nadie, porque la próxima investigación de Arias, siempre amarrado a la Biblia, llegará a una conclusión sin duda apasionante, empírica, definitiva: Resulta que Jesús estuvo casado con María Magdalena (bueno, no, fue pareja de hecho).

Y lo más grave es que cuando el teólogo Arias, con ayuda de Miret Magdalena y promocionado por Bedoya, de nombre Juan, publique tan extraordinaria conclusión, otro teólogo, de la Juan XXIII dará un paso más en esta singular investigación científica, y concluirá que no, que el Jesús Revolucionario abrió sus brazos a la nueva era gay y formó pareja de hecho con San Pedro.

Ustedes dirán que esto es un cúmulo de sandeces, pero estas son las sandeces blasfemas, pero esto es lo que venden los teólogos de Jesús Polanco, en el diario de mayor difusión que existe en España, en el grupo multimedia que controla el discurso cultural imperante y que profesa el racionalismo, el conocimiento científico como único dogma y la tolerancia como única filosofía.

El libro se titula María, esa gran desconocida. Y a fe mía que lo es, especialmente por el autor.

Por cierto, Arias también ha descubierto que María, además de revolucionaria, ecologista y feminista, no fumaba, ni un solo pitillo, oiga. Sólo que le Vaticano lo ha venido ocultando desde hace 20 siglos.

 

Eulogio López