Habría que repetirlo otra vez. Ni marginación ni guetos ni inmigración ni porras. Los que queman coches en Francia son adolescentes, tanto es así que el toque de queda afecta hasta los 16 años. En resumen, la policía francesa sabe que sus enemigos son los muchachos de la ESO (en España, la Enseñanza Secundaria Obligatoria, de 11-12 a 15-16 años), adolescentes con una madurez de 10 años y una fuerza de veinte, que no en vano han sido bien alimentados.

La razón de los coches quemados en Francia nada tiene que ver con la pobreza o la injusticia social, sino con la falta de principios en que hemos educado a nuestros hijos. Sí, y en el caso francés, adobado con un odio islámico a Occidente. En España puede ocurrir, porque el musulmán odia especialmente a España y a lo hispano, con el que mantuvo una guerra de 700 añosque perdió.

Un adolescente de 15 años no siente sobre sus espaldas la responsabilidad de alimentar una familia, porque es un alimentado, ni la de encontrar trabajo o alquilar un piso, porque vive con sus padres, que le alimentan y pagan todos los gastos. Y esos son los que están quemando automóviles y atentando contra los demás. Simplemente, no creen en nada eso es lo que les han enseñado sus padres-, no aceptan ninguna norma moral, están deseando sentirse importantes haciendo temblar a la sociedad. Ya vendrá alguien a ponerles ideología.

Además, el pobre no delinque, ni se da a los excesos. El que se da es el rico. La confusión viene de lejos. Hablamos de litronas cuando los verdaderos excesos se dan en las fiestas de niños bien, que disponen de mucho más dinero para emborracharse con güisqui, en lugar de con cerveza y donde le dan a los alucinógenos con entusiasmo. De esas fiestas surgen más abortos y personalidades destrozadas que de las litronas callejeras.

¿Que por qué, entonces, se queman coches en los barrios marginales? Pues muy sencillo, porque los centros de las capitales están mucho más controlados, y porque los ricos los frecuentan, no están dispuestos a ser molestados por la chusma.

Lo de Francia es lo lógico, y se trasmitirá a Bélgica, Italia, Alemania, Holanda, etc., por la sencilla razón de que el mal está en todos los países europeos ricos: ninguna norma moral y ningún esfuerzo para conseguir vivir honradamente. Pero no es una revolución de los pobres. Ojalá lo fuera.

Europa se ha encontrado con lo que se ha engendrado. Sólo que no parece estar dispuesta a cambiar.

Eulogio López