Esto sólo lo logra la Generalitat y el Corte Inglés. El todavía presidente del Gobierno autónomo catalán, Pasqual Maragall, ha envido una carta a todas las familias de Cataluña, región poblada por 7 millones de personas. En ella, Maragall (ver texto) anima a los conciudadanos y conciudadanas a participar en el referéndum del próximo 18 de junio en el que se somete a la aprobación de los catalanes El PP pedía que votaran todos los españoles- el famoso Estatuto de Autonomía.

Una circular de este tipo, que representa un considerable dispendio, a lo que habrá que añadir el anunciado próximo envío (todo el referéndum, a todos los ciudadanos y ciudadanas) del líder socialista, debería mantenerse en el ámbito de la exquisita neutralidad. Pero no ha sido así. Se supone que oficialmente, Maragall sólo está animando a participar en el referéndum sobre el Estatut, no de afirmar lo bueno que es el Estatut; vamos a tener la oportunidad de decidir sobre el Estatut No ha sido fácil, pro ahora toca demostrar que merecía la pena el esfuerzo llevado a cabo. Y más: el Estatut es un esfuerzo creativo, que va a representar el mayor conocimiento jamás obtenido de nuestra personalidad y nuestra identidad. ¿Quién sería capaz de votar no a tamaño reconocimiento?

Y que quede claro que el nuevo Estatut proclama y garantiza los derechos y deberes de la ciudadanía catalana, además de establecer las bases para que Catalunya disponga de más recursos para su crecimiento y progreso. Sin duda, si votaran todos los españoles, este párrafo no se habría escrito.

Y a pesar de que al menos dos fuerzas políticas -ERC y PP- proponen el no, Maragall da las gracias a las fuerzas políticas y a las instituciones por el esfuerzo realizado. Es más, afirma que el Estatut ha salido gracias a la exigencia de la sociedad catalana, aunque sabe que, según al encuestas, sólo a un 5% de los catalanes le preocupaba el Estatut.

Naturalmente, no lo firma el presidente del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), sino el presidente de la Generalitat de Catalunya, es decir un cargo institucional y una circular que no disimila su apoyo al sí, pagada con dinero público.