Sr. Director:

Tengo la sensación que Argentina, un país que aprecio, no se aburre de faltarse al respeto a sí misma, no tiene suficiente con algunos gobernantes y otros personajes sino que ahora se supera, puesto que me parece insólito que tenga a Diego Armando Maradona, un drogadicto empedernido (esperemos que se haya regenerado), un pendenciero de esos donde los haya, endiosado de sí mismo, etc.

Difícilmente puede ser ejemplo para una juventud ávida de tener a quienes imitar y de ejemplos constructivos de vida.

Cuando era un joven aficionado al fútbol, reconozco que me gustaba Maradona como jugador, pero cuando dejó de saber gestionar su éxito perdió todo aprecio, por ello no entiendo ni acepto este nombramiento.

Pero lo burdo de este asunto, pues se supo por boca del propio Maradona, es que ha sido designado seleccionador argentino de la selección de fútbol de su país, en un acto grotesco que cuesta entenderlo de otra manera, como es el de un señuelo para distraer a la opinión pública de los graves sucesos que vive Argentina.

Pienso que es triste que se le utilice como icono, más que Maradona se preste, pero más aún que el pueblo lo tolere.

Xus Do Mar

xusdomar@gmail.com