José Manuel Martínez no cae en la tentación de continuar: se marchará cuando cumpla los 65. Sólo Ignacio Baeza puede competir con Huertas. La empresa mantendrá las incompatibilidades familiares, la mayoría de la Fundación y la austeridad en los salarios de la alta dirección: el sueldo de Martínez no alcanza el millón de euros
José Manuel Martínez ha convertido a Mapfre en la primera aseguradora de España y la ha introducido entre las diez principales compañías de seguros del mundo y la más rentable de Europa. En definitiva, su gestión merece pocas críticas con la excepción, quizás, de la conversión en sociedad anónima, cuyas virtualidades, hasta el momento, no se han dejado ver. No ha realizado ampliación de capital alguna y su cotización bursátil está lastrada por el hecho de que la Fundación Mapfre mantiene el 63% del capital y a los inversores y especuladores no les interesan las compañías con escaso capital flotante.
En cualquier caso, lo que quiero decir es que se trata de un presidente incontestado. Ahora bien, en Mapfre existe la norma de que todos los consejeros ejecutivos se retiren al cumplir los 65 años de edad, un ejemplo no muy seguido en otros bancos y grandes corporaciones. A Martínez le quedan 18 meses para cumplir esa edad y ya han sido muchos los que le han tentado para que suprima la norma. Se ha negado y ha confirmado que se marcha a los 65.
Se abre así la sucesión en la aseguradora. No, no queda tanto tiempo. En Alemania, pionera en gobierno corporativo, la sucesión no sólo se planea sino que se decide un año antes de que se jubile o cese el presidente ejecutivo. Por tanto, en Mapfre se ha abierto el melón sucesorio. En una compañía que no gusta de fichajes-estrella, así que el sucesor de Martínez debe salir de la propia casa.
No podrá ser Andrés Jiménez, vicepresidente, que se jubila al mismo tiempo que Martínez y otros miembros de su equipo. Tampoco se piensa en el más joven secretario del Consejo, José Manuel González Porro. No, el delfín al que se señala en la organización es Antonio Huertas, hombre de la casa, con experiencia internacional (un lustro en Mapfre Puerto Rico) y al frente de Mapfre Familia en España, la columna vertebral de la compañía, que engloba seguros generales (por tanto, automóviles). A sus 47 años tiene todos los boletos para ser designado sucesor, algo que hará el Consejo a propuesta del propio Martínez.
La única alternativa que se vislumbra es al de Ignacio Baeza, responsable de Mapfre Vida, también en la frontera de los 50 años de edad.
Eso sí, Martínez quiere mantener a toda costa las señas de identidad de Mapfre: que la Fundación mantenga la mayoría del capital, que no baje nunca del 51%, y las normas de jubilación forzosa a los 65 años de da así como la que prohíbe el fichaje de cualquier familiar de cargos directivos, algo en lo que Mapfre fue pionero, así como la austeridad en las remuneraciones de consejeros y ejecutivos. Para que se hagan una idea, en 2009 el presidente de Mapfre tuvo una remuneración (hablamos de remuneraciones totales) que no alcanzó el millón de euros. Comparen esa cifra con lo que cobró el consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz (10,2 millones de euros), el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán (8,2 millones), el presidente del BBVA, Francisco González (5,32), el de Repsol, Antonio Brufau (4,29) o Emilio Botín (3,99).
Eulogio López
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